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viernes, 2 de noviembre de 2012
viaje infinito...
Estamos de regreso, y si; literalmente estamos de regreso… la vida me embarcó en un viaje mágico, un viaje lleno de altas, mucho conocimiento, ( tanto personal como de vida) las cosas se fueron dando poco a poco y lo que fue un simple viaje familiar se trasformaron en tres meses de cambios, jalones de orejas y múltiples pasos a crecer, madurar y a trasformar esa parte del ser que traía dañada( por así decirlo)
Mi viaje comenzó cuando me cambie a la ciudad de Houston txs, y sobre todo cuando comprendes el esfuerzo y el gran camino que emprenden todas aquellas personas que persiguen el “sueño americano” , yo no tuve que cruzar el rio, o el desierto… pero tuve que ser capaz de atravesar mi ego, mi estúpido ego que me hizo perder a un ser valioso en mi vida, me di cuenta que el lugar que ocupa y las ganas que tengo de seguir a su lado, me di cuenta que el trabajo es sagrado y que se le debe de dedicar el tiempo necesario y mas allá para disfrutar de sus frutos.
Me enfoco un poco más en este tema, ya que en el buddhismo no se habla mucho de las actividades humanas, se enfoca mas simplemente la meditación, ser buenas personas, ética etc.
Pero ¿ y que con el trabajo? Simple… creo que se puede hacer del trabajo una propia devoción, un propio esmero, el disfrute de tu sudor y los frutos que traiga consigo. La dedicación al trabajo así como la práctica de la meditación involucra un compromiso mas allá de lo personal, es ser constante, es respirar, no desesperarse y no esperar nada a cambio simplemente hacer, y ser.
Por otro lado, estando allá mi búsqueda del Dharma me llevo a convivir y crecer con los monjes del wat angkorchum cambodian buddhist temple, Sommoh Bikkhu ( monje theravada) se convirtió en mi guía, un escuálido y sereno monje que me ofreció su amistad y sus largas charlas. Jamás olvidaré el día en que la vida me dio la oportunidad de entrar a la gompa, ver el altar mientras el sol se colaba por la ventana y sus rayos motivaban a mi corazón. Esa tarde vibre como jamás lo había hecho, los ojos se me llenaron de lágrimas de emoción, ¡ gracias buddha, gracias vida, Gracias al espíritu divino por esta oportunidad de oro!! Nada es por casualidad y si estuve allí aprendiendo es porque mi camino y las enseñanzas del Dharma me han abrazado y yo a ellas.
Estuve con una familia de oro, viví lo que tuve que haber vivido. El dia de hoy estoy de regreso en mi hogar, recordando, viviendo y siendo. Estoy de regreso y la vida me dio la oportunidad de continuar con las sesiones de meditación y pues seguimos andando, con una sonrisa en la boca, en la mente y en el espíritu.
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