simple, sólo silencio.
Namu amida butsu
Namaste
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domingo, 27 de febrero de 2011
miércoles, 23 de febrero de 2011
oracion/meditación por un enfermo
Que la luz le sea en todo momento, que su dolor físico o mental sea calmado, que la luz siempre lo acompañe en el trayecto de su vida, que esa luz guie con fervor a los que lo rodean y les otorgue resignacion y paz en todo momento,que el se encuentre bien consigo mismo para sanar las heridas propias y las ajenas.
Que su luz no desvanesca en su propia consciencia y brille siempre para los que lo aman.
mantra al buddha de la medicina:
OM NAMO BHAGAWATE BEKANTSE GURU BENDURYA PRABHA RANDZAYA TATHAGATAYA ARHATE SAMYAKSAM
BUDDHAYA TAYATA OM BEKANTSE BEKANTSE MAHA BEKANTSE RANDZE SAMUNGATE SOHA
NAMASTE.
Que su luz no desvanesca en su propia consciencia y brille siempre para los que lo aman.
mantra al buddha de la medicina:
OM NAMO BHAGAWATE BEKANTSE GURU BENDURYA PRABHA RANDZAYA TATHAGATAYA ARHATE SAMYAKSAM
BUDDHAYA TAYATA OM BEKANTSE BEKANTSE MAHA BEKANTSE RANDZE SAMUNGATE SOHA
NAMASTE.
martes, 22 de febrero de 2011
ENTRE NUBES BLANCAS 3-3
Comparto un pequeño documental, dicha producción tiene como base introducirnos aunque sea poco a la vida 4 de monjes ascetas en las montañas zhognan ( CHINA), su forma de vida,su práctica, su relacion con sus discípulos y enseñanzas a traves del buddha.
Namaste- Namu Amida Butsu.
Namaste- Namu Amida Butsu.
PARANIRVANA
Meditaciónparanirvana
"Aprender a morir es una práctica muy profunda". Thich Nhant Hanh
NAMASTÉ –NAMU AMIDA BUSTU
"Aprender a morir es una práctica muy profunda". Thich Nhant Hanh
Habéis oído hablar de Sudatta, este laico que apoyó toda su vida al Budha. Desde que escuchó hablar del Budha, enseguida se enamoró. Sudatta es mercader, hombre de negocios muy rico en la ciudad de Shravasti. Llegó a la capital Najagra para visitar a su cuñado. Habiendo oído hablar del Budha, no pudo dormir esa noche y se despertó muy pronto para visitarle. Cuando encontró al Budha, Sudatta se emocionó mucho. Le pide venir a su país para compartir la práctica y la enseñanza. El Budha acepta y envía su discípulo Shariputra a Sharavasti para preparar el terreno. Sudatta compra muy caro un parque, con muchos árboles, para hacer un monasterio para el Budha, una base de operaciones para el Dharma. Sudatta es el nombre que le fue dado por sus padres, pero se le llama Anathapindika. Es una persona amada por la gente de Shravasti porque utiliza una parte importante de su herencia en socorrer a los pobres, los desheredados, los huérfanos. Las gentes le han dado el nombre de Anathapindika, que significa: el que sostiene a los huérfanos, a los desheredados... Anathapindika fue siempre feliz de servir a las Tres Joyas. Tenía mucho tiempo para escuchar al Budha, para apoyar a los monjes y a las monjas. Una vez, había llevado a quinientos hombres de negocios al monasterio de Jeta para que pudieran escuchar a Shariputra y al Budha. Había encontrado mucho placer en sostener al Budha, al dharma y a la sangha durante toda su vida. Fue feliz al sostener una vez más a las Tres Joyas.
Cuando Anathapindika estaba a punto de morir, el Budha le visitó. Fue una treintena de años después de su encuentro. Todo ese tiempo, el Budha había designado a Shariputra, su discípulo principal, para cuidar de Anathapindika y viajar a pie con él, sobre todo cuando fue a localizar el terreno que debía comprar para el Budha. Fueron, pues, amigos muy íntimos. El Budha designó a Shariputra para ayudar a Anathapindika a morir de una manera feliz y apacible.
Habiendo sabido que Anathapindika estaba a punto de morir, agonizante, Shariputra pidió a su joven hermano en el Dharma, Ananda, el primo del Budha, acompañarle para hacer la colecta de la limosna y detenerse en la casa de Anathapindika. Viendo a los dos Venerables, Anathapindika decidió abandonar su lecho, pero no pudo hacerlo. Shariputra le dijo: Amigo mío, tenderos, vamos a buscar unas sillas y nos instalaremos cerca de vosotros. Cuando se sentaron, Shariputra hizo esta pregunta: Amigo Anathapindika, ¿cómo sentís vuestro cuerpo?, ¿los dolores físicos disminuyen o aumentan? Cuando se está a punto de morir, en efecto hay dolores en el cuerpo, quizá también dolores en el alma: la angustia, el aislamiento, la confusión. Se necesita a alguien en este momento tan importante de la vida. Es necesario que alguien está con nosotros en este momento difícil. Y Shariputra está ahí, con su joven hermano en el Dharma, Ananda.
- Querido amigo, ¿cómo sentís vuestro cuerpo? Los dolores, ¿se apaciguan o aumentan?
- Venerable, los dolores de mi cuerpo no parecen apaciguarse. Aumentan siempre. Sufro cada vez más.
Entonces, el Venerable Shariputra le dijo que era el momento de practicar la meditación sobre las Tres Joyas. Invitó a Ananda y a Anathapindika a respirar profundamente y a concentrarse en el Budha, el dharma y la sangha. Shariputra efectuó una meditación guiada:El Budha ha obtenido la realidad tal y como es. El Budha está completo y verdaderamente despierto. Ha conducido a la perfección la comprensión y la acción. Ha llegado a la verdadera felicidad, comprende la naturaleza del mundo, de los hombres. Es inigualable en sabiduría. Es un gran hombre. Es el maestro de los hombres y de los dioses. Shariputra dijo estas palabras para ayudar a Anathapindika a ver claramente al Budha, lo que es verdaderamente: un ser humano que posee una gran ternura, una gran compasión, una gran felicidad y que ayuda enormemente a los seres. Enseguida llevó la meditación guiada sobre el Dharma, la enseñanza que transforma, que puede aportar la paz y la transformación en el instante presente, sin esperar semanas, meses, años.
Después la llevó sobre la Shanga, la Shanga como sostén, la Sangha como protección. Fue verdaderamente una meditación guiada.
Shariputra era una persona extremadamente inteligente, uno de los más inteligentes discípulos del Budha. Conocía perfectamente el estado en el cual se encontraba Anathapindika. Shariputra había reconocido las semillas, las simientes de felicidad en la conciencia de Anathapindika. Sabía muy bien que Anathapindika encontraba mucho placer en servir al Budha, al Dharma y a la Sangha. Para restablecer el equilibrio de Anathapindika, regó las semillas de felicidad que estaban en él, invitándole a concentrarse en las Tres Joyas. Y la práctica fue muy eficaz, pues tras solamente unos minutos, los dolores de Anathapindika se atenuaron mucho, y pudo por fin sonreír.
Es una cosa maravillosa, y todos podemos aprender a hacerlo. La persona que está a punto de morir, tiene en ella las semillas del sufrimiento, pero asimismo las semillas de la felicidad. Entonces, vosotros que amáis a esta persona, reconoced las semillas de felicidad y de sufrimiento en ella. Hay que hablarle de esa cosas, tenéis que regar las simientes de felicidad de esta persona que va a partir, incluso si está en coma. Habladle, referidle las cosas que evocan esa felicidad. Es muy importante. Repito: incluso si la persona está en coma, al menos hay que hablarle. Ella escucha, la comunicación es posible. Un joven estudiante de Burdeos, de nacionalidad vietnamita, que supo que su mamá estaba muriendo en el sur de California, fue a su cabecera y practicó en ese sentido. Antes de su partida, la hermana Chân Không le había enseñado como hacerlo. La mamá estaba en coma y el hijo le habló largamente de cosas que en su pasado le habían causado placer. Y los médicos constataron los cambios formidables que se habían producido en ella. Nada de gemidos, nada de gritos, ella estaba apacible y despertó tras algunas horas. Fue un milagro, un milagro para él y para ella. Si sabéis cómo hacer para tocar las semillas de felicidad en una persona, si podéis hablarle, produciréis también vosotros este milagro."
Y así fue como se hizo dicha meditación el día de ayer por la noche. Darnos cuenta de las verdaderas semillas que somos, visualizar que somos luz y alegría; motivos fuertes y capaces de poder cambiar nuestra misma forma de pensar, y ¿por qué no? ayudar o dar armas a los que sufren continuamente más que nosotros .
Volvernos como plantas polinizadoras de alegría para los que nos rodean, para los cercanos y los lejanos, para nuestro entorno y para el universo, seamos amor, luz, y una sonrisa dibujada en el corazón.
YO SOY LUZ, SOY SEMILLA
YO SOY LUZ, SOY ÁRBOL
YO SOY LUZ, SOY TIERRA
YO SOY LUZ, SOY AGUA
YO SOY LUZ , SOY ESTRELLA
YO SOY LUZ, SOY EL TODO
YO SOY LUZ, SOY COMO TÚ
TU ERES LUZ, ERES COMO YO
SIMPLEMENTE YO SOY.
NAMASTÉ –NAMU AMIDA BUSTU
domingo, 20 de febrero de 2011
El Gran Arbol
( Dicha historia carece de valor documental y/o verídico, fue meramente producto de la imaginación)
Se dice que siddartha después de alcanzar la iluminación y convertirse en buddha , regreso al palacio de su padre, en dicho camino , contemplaba la grandeza del todo , hasta que algo llamó la atención del iluminado, un árbol que yacía torcido en medio de otros dos enormes.
El buddha, se acercó y puso su mano izquierda en una de las hojas más bajas del árbol doblado
“hermano árbol ¿qué te impide llegar hasta el cielo?”- dijo el buddha-
- “ hermano hombre, tu luz me Cega, y tu paz me conmueve, me es imposible llegar hasta arriba por que las raíces de mis hermanos me dejan poco alimento, las ramas de sus troncos me niegan la luz y el agua, y la tierra que piso es pobre y austera- mencionó el árbol-
se dice que el buddha dio tres vueltas alrededor de dicho árbol, lo observó con calma y tocaba su tronco con admirable compasión, tomo un puñado de aquella tierra pobre entre sus manos, la besó y después la volvió a colocar a los pies del sufrido árbol.
“ hermano árbol ¿ que te impide llegar hasta el cielo?”-volvió a preguntar el buda-“si la tierra que pisas es fértil y rica en nutrimentos, si la luz que el sol emana es inmensa, si el agua del cielo es abundante… y los hermanos que tienes a los costados de enorme tamaño son pero ya podridos están en su interior”-El buddha sonrió y siguió su camino y se marchó.
Ese dia, dicho árbol se dio cuenta de la grandeza y sencillez de las palabras de aquel hombre, se dio cuenta que en verdad el buddha tenía razón, y poco a poco se fue enderezando, alzó su copa y TOMO SU DECISIÓN dirigió sus ramas hacia el inmenso sol, estiro sus raíces y llego hasta ricos manantiales en el fondo de la tierra.
Al cabo de unos pocos años, siddartha regresó a aquel lugar y vio que aquel árbol que una vez mermó su propio crecimiento se erguía muy por encima de las copas del bosque , se acercó a él y una vez más le hizo una pregunta :
“hermano árbol, ¿qué te impide llegar hasta el cielo?- dijo buddha-
“nada” exclamó el árbol.
Buddha sonrió feliz, una hoja de aquel gigante cayó sobre la palma de su mano, la miro con emoción, la llevo entre sus ropas y se dirigió a peregrinar por el mundo.
“si somos luz entonces brillemos más que el mismo sol”
NAMU AMIDA BUTSU
Meditación dominical- VOCACION
Una semana un tanto complicada, obviamente cargada de altas y bajas; cosas que a veces nos suceden y que la mayor parte del tiempo no salen como pensábamos, e allí el suceso de la otra vez, esa pedantia propia que terminó por doblarme por unas cuantas horas.
no obstante hoy, fin de semana puedo decir con una sonrisa de oreja a oreja que agradezco que lo que sucedió haya sucedido, hoy puedo agradecer a la vida y al Dharma con gratitud este sagrado camino que aunque difícil me llena en plenitud, y que pienso seguir de ahora en adelante.
Sé a ciencia cierta que en mi camino contaré innumerables historias, conoceré a miles de personas y cada una de ellas dejará una enseñanza irrepetible en mi vida.
Hoy puedo agradecer que sé que mi mejor amigo, mi hermana, mi novia y el todo forman parte de este sendero de luz que hace poco comenzó con unos locos que se iban por las tardes a meditar al desierto.
Por muy romántica que parezca dicha imagen, el camino a si empezó, con 2 caminantes que en busca de “algo mas” han llegado a tocar los corazones y ¿por qué no? El alma de algunas personas.
y en esta meditación no me jacto de ser quien soy, mas que ser una meditación , en el zazen de hace pocos minutos llegaron a mi mente dichas imágenes, en la claridad de la mente , aquel camino se hizo presente de nuevo.
aquellas vivencias que en esta vida han marcado parte aguas, han ido trazando el diseño de aquello que hoy presente me hace vibrar con gran emoción.
de saber que soy, que estoy, qué la luz crece en mi y que mi buddha interno puede seguir tranquilo sin la espera de nada.
Y eso es lo que espero, nada… solo ese despertar…por que puedo decir que me siento feliz, porque tengo todo, que mi condición humana es la indicada, que para mí la riqueza material más grande radica en aquello que pende de mi cuello y las escasas monedas que llevo en mis jeans.
Que hoy mi meditación radica en mi re afirmación de aquello que soy y que me rodea, que no hay nada ajeno a mí que pueda dañarme, que soy luz, llevo luz y quiero enseñar luz.
Que mi compasión me toque a mí mismo, y que mi ego no me doblegue jamás.
ORACION DE LA COMPASIÓN.
Que yo esté bien, feliz y en paz....
Que todos los seres en la casa estén bien, felices y en paz...
Que todos los seres en la ciudad estén bien, felices y en paz...
Que todos los seres en al país estén bien, felices y en paz...
Que todos los seres en el planeta estén bien, felices y en paz...
Que todos los seres en el universo estén bien, felices y en paz...
Que yo esté bien, feliz y en paz....
Que mis maestros estén bien, felices y en paz...
Que mis padres estén bien, felices y en paz...
Que mis parientes estén bien, felices y en paz...
Que mis amigos estén bien, felices y en paz...
Que mis enemigos estén bien, felices y en paz...
Que todos los seres estén bien, felices y en paz...
Que aquellos que sufren.... se liberen del sufrimiento.
Que aquellos que sienten miedo...conquisten el miedo.
Que aquellos que sienten pesar...abandonen el pesar.
Que todos los seres sean felices.
NAMU AMIDA BUTSU
no obstante hoy, fin de semana puedo decir con una sonrisa de oreja a oreja que agradezco que lo que sucedió haya sucedido, hoy puedo agradecer a la vida y al Dharma con gratitud este sagrado camino que aunque difícil me llena en plenitud, y que pienso seguir de ahora en adelante.
Sé a ciencia cierta que en mi camino contaré innumerables historias, conoceré a miles de personas y cada una de ellas dejará una enseñanza irrepetible en mi vida.
Hoy puedo agradecer que sé que mi mejor amigo, mi hermana, mi novia y el todo forman parte de este sendero de luz que hace poco comenzó con unos locos que se iban por las tardes a meditar al desierto.
Por muy romántica que parezca dicha imagen, el camino a si empezó, con 2 caminantes que en busca de “algo mas” han llegado a tocar los corazones y ¿por qué no? El alma de algunas personas.
y en esta meditación no me jacto de ser quien soy, mas que ser una meditación , en el zazen de hace pocos minutos llegaron a mi mente dichas imágenes, en la claridad de la mente , aquel camino se hizo presente de nuevo.
aquellas vivencias que en esta vida han marcado parte aguas, han ido trazando el diseño de aquello que hoy presente me hace vibrar con gran emoción.
de saber que soy, que estoy, qué la luz crece en mi y que mi buddha interno puede seguir tranquilo sin la espera de nada.
Y eso es lo que espero, nada… solo ese despertar…por que puedo decir que me siento feliz, porque tengo todo, que mi condición humana es la indicada, que para mí la riqueza material más grande radica en aquello que pende de mi cuello y las escasas monedas que llevo en mis jeans.
Que hoy mi meditación radica en mi re afirmación de aquello que soy y que me rodea, que no hay nada ajeno a mí que pueda dañarme, que soy luz, llevo luz y quiero enseñar luz.
Que mi compasión me toque a mí mismo, y que mi ego no me doblegue jamás.
ORACION DE LA COMPASIÓN.
Que yo esté bien, feliz y en paz....
Que todos los seres en la casa estén bien, felices y en paz...
Que todos los seres en la ciudad estén bien, felices y en paz...
Que todos los seres en al país estén bien, felices y en paz...
Que todos los seres en el planeta estén bien, felices y en paz...
Que todos los seres en el universo estén bien, felices y en paz...
Que yo esté bien, feliz y en paz....
Que mis maestros estén bien, felices y en paz...
Que mis padres estén bien, felices y en paz...
Que mis parientes estén bien, felices y en paz...
Que mis amigos estén bien, felices y en paz...
Que mis enemigos estén bien, felices y en paz...
Que todos los seres estén bien, felices y en paz...
Que aquellos que sufren.... se liberen del sufrimiento.
Que aquellos que sienten miedo...conquisten el miedo.
Que aquellos que sienten pesar...abandonen el pesar.
Que todos los seres sean felices.
NAMU AMIDA BUTSU
viernes, 18 de febrero de 2011
MEDITACION POR LA PAZ 18.02.011
Delineamiento de la meditación: "Del cambio del interior hacia el despertar de la conciencia"
Comenzando el ciclo de una serie de meditaciones que haré a lo largo de este 2011, el propósito: El ser humano es una parte del todo -del Universo. Para encontrar armonía en nuestro exterior, tenemos que generar la armonía desde nuestro interior. Y hablo acerca de algo que ha si ...do buscado por nosotros durante mucho tiempo, esa armonía se traduce en la Paz dentro de uno mismo. Nosotros necesitamos paz en nuestro corazón, cuando tengamos esa paz, nos sentiremos completos, dichosos, plenos y podremos generar un cambio verdadero desde nuestro interior. Sé que no les hablo de nada nuevo, pero también sé que llevamos tiempo en esta búsqueda, y aquí estoy para inspirarlos a que miren su vida, a que escuchen su ser, a que vivan el momento presente para sintonizar la verdadera armonía. Quiero que disfruten de sus vidas, quiero presentarlos con su yo -interno, y que sepan que no existe dualidad, que no hay separación, que tú eres tú sin más... que dentro de ti existe la Divinidad, que dentro de ti estoy yo también, y así, hasta formar el Universo. La respuesta que durante tanto tiempo hemos
buscado no está lejos de nosotros, SOMOS NOSOTROS. Cada uno de nosotros YA SOMOS LO QUE TANTO BUSCAMOS...
Así que en nuestra primera meditación nos conectamos con nuestra fuente (interno, divinidad, yo superior, etc) para reconectarnos con esa paz, luz y amor que nunca hemos perdido, que siempre han estado ahí, que en cuanto tomemos nuestra primer inhalación para meditar y realmente estemos presentes y abiertos a mejorarnos, sentiremos y viviremos ese cambio.
El viernes 18 de febrero a las 8 a.m. y a las 8 p.m. entremos en una meditación, toma el horario de acuerdo a la ciudad en donde vives, todo este día se vivirá una amplia energía por la luna llena, así que podremos elevar y expandir nuestra conciencia humana.
¿Qué buscamos afuera, qué no tengamos dentro de nosotros?
Me mantengo firme en el propósito que no puede existir nada externo que nos otorgue la felicidad plena, y por eso, yo los invito a redescubrirla. Quiero elevar conciencias, quiero retribuir al mundo todo lo que me ha dado, quiero compartir con ustedes el regalo del SER.
Es el momento de hacernos responsables de nuestra luz, encendamos no solo nuestro corazón, encendamos el corazón del mundo... Todo lo que yo veo es alegría, es amor, confianza, serenidad, paz. Y si tengo que
regalar mis ojos para que todos lo vean, así lo haré. Pues vine a este mundo a entregarme por completo, y quiero comenzar por entregarme a ustedes. Para que así, ustedes hagan lo mismo con muchos otros.
La Divinidad está en cada uno de nosotros:
"Toda gloria y toda belleza se encuentran dentro de vosotros" Sant Kirpal Singh
"El reino de Dios no llega desde afuera. Y no dirán: Vedlo aquí o allá, porque el Reino de Dios ya está entre vosotros". Lucas 17, 20-21
"El conocimiento a si mismo es el primer paso hacia el conocimiento de Dios"
San Bernardo de Chiaravalle/Claravalle
"Aprende a conocerte a ti mismo. conocerse a si mismo es la primera ciencia"
Plutarco
"Trascienden nacimiento y muerte aquellos que se encuentran a si mismos"
Gautama Buda
Fluye, elévate, inhala, exhala
haz una pausa, disfruta el silencio
sé tu mismo, libérate de lo que no eres,
es momento de asumir tu rol espiritual,
de despertar a la conciencia del amor,
de armonizarte con tu interior.
Esta sera la primera de una serie de meditaciones, las cuales tienen un seguimiento para un crecimiento espiritual que me dispongo a compartir, a aprender y a gozar con todos ustedes. Agradezco humildemente su ayuda y confío en que pronto la humanidad dará el cambio más importante, porque cada vez somos más los seres de luz y las mentes despiertas.
Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.
Namasté.
( Publicado por Adriana om cosma )
Comenzando el ciclo de una serie de meditaciones que haré a lo largo de este 2011, el propósito: El ser humano es una parte del todo -del Universo. Para encontrar armonía en nuestro exterior, tenemos que generar la armonía desde nuestro interior. Y hablo acerca de algo que ha si ...do buscado por nosotros durante mucho tiempo, esa armonía se traduce en la Paz dentro de uno mismo. Nosotros necesitamos paz en nuestro corazón, cuando tengamos esa paz, nos sentiremos completos, dichosos, plenos y podremos generar un cambio verdadero desde nuestro interior. Sé que no les hablo de nada nuevo, pero también sé que llevamos tiempo en esta búsqueda, y aquí estoy para inspirarlos a que miren su vida, a que escuchen su ser, a que vivan el momento presente para sintonizar la verdadera armonía. Quiero que disfruten de sus vidas, quiero presentarlos con su yo -interno, y que sepan que no existe dualidad, que no hay separación, que tú eres tú sin más... que dentro de ti existe la Divinidad, que dentro de ti estoy yo también, y así, hasta formar el Universo. La respuesta que durante tanto tiempo hemos
buscado no está lejos de nosotros, SOMOS NOSOTROS. Cada uno de nosotros YA SOMOS LO QUE TANTO BUSCAMOS...
Así que en nuestra primera meditación nos conectamos con nuestra fuente (interno, divinidad, yo superior, etc) para reconectarnos con esa paz, luz y amor que nunca hemos perdido, que siempre han estado ahí, que en cuanto tomemos nuestra primer inhalación para meditar y realmente estemos presentes y abiertos a mejorarnos, sentiremos y viviremos ese cambio.
El viernes 18 de febrero a las 8 a.m. y a las 8 p.m. entremos en una meditación, toma el horario de acuerdo a la ciudad en donde vives, todo este día se vivirá una amplia energía por la luna llena, así que podremos elevar y expandir nuestra conciencia humana.
¿Qué buscamos afuera, qué no tengamos dentro de nosotros?
Me mantengo firme en el propósito que no puede existir nada externo que nos otorgue la felicidad plena, y por eso, yo los invito a redescubrirla. Quiero elevar conciencias, quiero retribuir al mundo todo lo que me ha dado, quiero compartir con ustedes el regalo del SER.
Es el momento de hacernos responsables de nuestra luz, encendamos no solo nuestro corazón, encendamos el corazón del mundo... Todo lo que yo veo es alegría, es amor, confianza, serenidad, paz. Y si tengo que
regalar mis ojos para que todos lo vean, así lo haré. Pues vine a este mundo a entregarme por completo, y quiero comenzar por entregarme a ustedes. Para que así, ustedes hagan lo mismo con muchos otros.
La Divinidad está en cada uno de nosotros:
"Toda gloria y toda belleza se encuentran dentro de vosotros" Sant Kirpal Singh
"El reino de Dios no llega desde afuera. Y no dirán: Vedlo aquí o allá, porque el Reino de Dios ya está entre vosotros". Lucas 17, 20-21
"El conocimiento a si mismo es el primer paso hacia el conocimiento de Dios"
San Bernardo de Chiaravalle/Claravalle
"Aprende a conocerte a ti mismo. conocerse a si mismo es la primera ciencia"
Plutarco
"Trascienden nacimiento y muerte aquellos que se encuentran a si mismos"
Gautama Buda
Fluye, elévate, inhala, exhala
haz una pausa, disfruta el silencio
sé tu mismo, libérate de lo que no eres,
es momento de asumir tu rol espiritual,
de despertar a la conciencia del amor,
de armonizarte con tu interior.
Esta sera la primera de una serie de meditaciones, las cuales tienen un seguimiento para un crecimiento espiritual que me dispongo a compartir, a aprender y a gozar con todos ustedes. Agradezco humildemente su ayuda y confío en que pronto la humanidad dará el cambio más importante, porque cada vez somos más los seres de luz y las mentes despiertas.
Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.
Namasté.
( Publicado por Adriana om cosma )
El sabio del desierto
Desde hace un buen tiempo tenía ganas de plasmar mi admiración hacia una persona que ha marcado mi vida, mi hermano lobo…
“… El guerrero de la luz lleva en sí la centella de Dios.
Su destino es estar junto con otros guerreros, pero a veces necesitará practicar solo el arte de la espada; por eso, cuando está separado de sus compañeros, se comporta como una estrella.
Ilumina la parte del Universo que le fue destinada, e intenta mostrar galaxias y mundos a todos los que miran al cielo.
La persistencia del guerrero será en breve recompensada. Poco a poco, otros guerreros se aproximan y los compañeros se reúnen en constelaciones, con sus símbolos y sus misterios…”
y las cosas simplemente han sido a si desde el día en el que te tendí la mano cuando te encontrabas tirado y lleno de barro, traté de sanarte las heridas, pero siempre has sido un necio y testarudo lobo de estepa, que se levanta mira al cielo y continua su camino.
Afortunadamente me seguiste y hasta el día de hoy he librado mil batallas a tu lado, y las seguiré luchando hasta que tengamos nuestra propia constelación en el infinito.
Cierto día fui a visitarte a tu casa, esa madriguera con olor a perro y a mucho café, horas de sueño perdidas y libretas rayadas en el suelo, me invitaste un vaso con agua fresca, y allí empezamos a platicar y me di cuenta de que tengo por amigo a alguien excepcionalmente especial.
Simplemente no entiendo tanta genialidad reunida, eres seso puro, materia gris en movimiento, más aún; me es más difícil creer que ante los problemas más insignificantes logras detenerte y frenas ese SER y LUZ que llevas dentro denominándote demonio, y una lista infinita de aberraciones con carencia de luz.
En verdad tienes toda mi admiración, porque sé que yo no puedo resolver problemas de lógica y mucho menos si implican números, mucho menos ese genio creativo en pro de la sociedad y para el campo que tanto amas, pero también hay cosas en las que a veces diferimos esa pedantía tuya que te hace ser único, dicen que el pedante es el más ignorante de todos los sabios, en tu caso mi hermano lobo, tu ego no te hace sabio, si no carente de conocimiento propio , ese exceso de confianza que te tienes ( que ya quisiera tenerlo cualquiera) te hacer ser quien eres. Y no es que elogie ni mucho menos festeje aquello que merma tu luz, simplemente hago notar que tu ser exaltado es base de ti, lo que te hace ser, aquello de conviertes en fuerza y coraje para seguir adelante y no lo dejas que se convierta en algo más dañino. (Allí radica el logro)
esa inteligencia reunida que con unas cuantas monedas puede ser capaz de construir el universo en menos de 7 días, pero que tu condición humana sabe que hacerlo te puede resultar imposible.
Has compartido conmigo infinidad de aventuras, infinidad de logros, lagrimas, risas, eres el compañero de vida que espero toda la humanidad pueda encontrar en su camino.
Eres más que un amigo, y bien lo sabes; se que llegaremos muy lejos y que limpiaremos cualquier campo de batalla cuando sea hora de recoger y guardar nuestras armaduras.
Gracias hermano lobo por ser, por estar, por vibrar y ser luz; por no dejarte vencer en ningún momento, y ten fe; ya llegará ese amor que tanto anhelas; sólo es cosa de que dejes de creer en ti por unos segundos, para creer en alguien mas.
“si existiera la definición de guerrero de la luz; tu imagen la explicaría a la perfección”
“…El guerrero de la luz a veces actúa como el agua, y fluye entre los obstáculos que encuentra.
En ciertos momentos, resistir significa ser destruido; entonces, él se adapta a las circunstancias. Acepta sin protestar que las piedras del camino tracen su rumbo a través de las montañas.
En esto reside la fuerza el agua; jamás puede ser quebrada por un martillo, ni herida por un cuchillo. La más poderosa espada del mundo es incapaz de dejar una cicatriz sobre su superficie.
El agua de un río se adapta al camino más factible, sin olvidar su objetivo: el mar. Frágil en su nacimiento, lentamente va adquiriendo la fuerza de los otros ríos que encuentra.
Y a partir de un determinado momento, su poder es total…”
PAZ
Exceso de Confianza
si, lo sé tal vez y esta semana no fue la mejor en mi quehacer diario, a veces nos suceden cosas que nos frustran o inclusive que nos doblan en todos los aspectos.
El día de ayer fue mi caso.
Pensar que existe una distancia abismal en 3 mm es algo que me aterra, y eso lo descubrí, la diferencia entre sí hiciste o no bien tu trabajo cabe en 3mm la verdad bien lo dicen, un descuido se paga caro; el día de ayer me frustre un poco, por 3 mm eche a perder un trabajo que ya llevaba más de la mitad de completo , como podrán imaginar el regaño fue tormentoso… peor aún, no obstante caí en la trampa de mi propio ego-destructivo y cargue con ese regaño y además con la idea de que me sentía decepcionado de mi mismo.
¿Cuántas veces no nos hemos dejado doblar por las situaciones de la vida diaria?
Peleas, riñas, insultos, boberías, descuidos, etc. Infinidad de acciones humanas que nos acompañan día a día y que la mayoría de las veces cargamos por (lo llamare a si) estupidez.
¿Que por qué uso la palabra estupidez? Tal vez y suena demasiado fuerte y aparte suene a que estoy so juzgando una acción, pero no es así; somos humanos y somos consciente de ello, pero la mayoría de las veces caemos en lo que denominaré el CONCEPTO DE HOY: EXCESO DE CONFIANZA
Y lo acepto, me venció mi ego, ese ego que me cegó y que entró a mi disfrazado de confianza, esa confianza de saber de lo que soy capaz y creer (me) más que una hoja de papel y unas escuadras sin bisel.
La verdad aprendí a darme cuenta que la confianza no es mala, la verdad no lo es; mala se vuelve al entrar al corazón y a la mente para allí plantarse como ego y por qué no florecer como
“un cierto pedantismo “ que al final se vuelve en tu contra .
“Nada puede lastimarte” palabras sabias de mi pareja y maestra de Dharma en turno, y tiene toda la razón, es algo que lo sé y es algo de lo que trato de estar plenamente consciente. Malamente el día de ayer olvidé dicha frase, no quise refugiarme en el zen , ni mucho menos intentar calmar mis pensamientos, mi cabeza era un charco de agua revuelta…
simplemente , quedo en eso… un charco de agua que revolví con mis pies descalzos al pasar encima de él…
todo quedó el en día de ayer…
PAZ!
El día de ayer fue mi caso.
Pensar que existe una distancia abismal en 3 mm es algo que me aterra, y eso lo descubrí, la diferencia entre sí hiciste o no bien tu trabajo cabe en 3mm la verdad bien lo dicen, un descuido se paga caro; el día de ayer me frustre un poco, por 3 mm eche a perder un trabajo que ya llevaba más de la mitad de completo , como podrán imaginar el regaño fue tormentoso… peor aún, no obstante caí en la trampa de mi propio ego-destructivo y cargue con ese regaño y además con la idea de que me sentía decepcionado de mi mismo.
¿Cuántas veces no nos hemos dejado doblar por las situaciones de la vida diaria?
Peleas, riñas, insultos, boberías, descuidos, etc. Infinidad de acciones humanas que nos acompañan día a día y que la mayoría de las veces cargamos por (lo llamare a si) estupidez.
¿Que por qué uso la palabra estupidez? Tal vez y suena demasiado fuerte y aparte suene a que estoy so juzgando una acción, pero no es así; somos humanos y somos consciente de ello, pero la mayoría de las veces caemos en lo que denominaré el CONCEPTO DE HOY: EXCESO DE CONFIANZA
Y lo acepto, me venció mi ego, ese ego que me cegó y que entró a mi disfrazado de confianza, esa confianza de saber de lo que soy capaz y creer (me) más que una hoja de papel y unas escuadras sin bisel.
La verdad aprendí a darme cuenta que la confianza no es mala, la verdad no lo es; mala se vuelve al entrar al corazón y a la mente para allí plantarse como ego y por qué no florecer como
“un cierto pedantismo “ que al final se vuelve en tu contra .
“Nada puede lastimarte” palabras sabias de mi pareja y maestra de Dharma en turno, y tiene toda la razón, es algo que lo sé y es algo de lo que trato de estar plenamente consciente. Malamente el día de ayer olvidé dicha frase, no quise refugiarme en el zen , ni mucho menos intentar calmar mis pensamientos, mi cabeza era un charco de agua revuelta…
simplemente , quedo en eso… un charco de agua que revolví con mis pies descalzos al pasar encima de él…
todo quedó el en día de ayer…
PAZ!
martes, 15 de febrero de 2011
domingo, 13 de febrero de 2011
Meditación dominical
Esta semana fue dura, lo acepto; entre ego , terquedad y desfachatez contra mi paciencia.La verdad sé que tengo demasiada y también se que no es competencia ni conmigo mismo ni con los que me rodean, definitivamente en un rato mas habrá que sacar el safu casero y allegarme al zazen.
Independientemente de lo largo de mi semana cada acción me fue mermando soy consciente de eso, a veces creo que puedo ser lo suficientemente fuerte e inclusive indiferente con mi alrededor para evitar sentirme mal o inclusive cargar algún peso emotivo.
Y no pude mas, explote en el ego y la sentidés y le hice pasar un mal trago a quien amo. ¿ por que? La verdad la justificación es muy tonta, y a la vez trato de hacerla lo mas fría posible, templar mi corazón y mis sentimientos, esa es la PALABRA DE ESTA SEMANA …TEMPLE .
Aquella templanza que es vista como una virtud del valiente, en mi caso; la templanza de cabeza, alma corazón y espíritu.
A veces ciertas situaciones pueden quebrarnos, e inclusive como lo digo “echarnos” peso extra con el que nos es difícil lidiar.
Nuestra vida y el camino del dharma no es complicado, nosotros nos encargamos diariamente de volver nuestro dharma y camino imposible para nuestros pasos y a veces en lo personal lo olvido.
esta semana podría denominarla del ejercicio, ya que he observado algunas cosas que son motivo de cambio en mi persona, tanto en lo exterior como en el interior.
Por ejemplo… soy católico de bautizo, pero mi vida está regida por el dharma y eso lo sé, siempre he tenido esa inquietud del dharma desde pequeño, y respeto la religión de mis padres e inclusive amo al cristo –maestro que enseño el amor incondicional, pero mi camino es el dharma lo conozco y es hora de tomar una gran decisión que me acompañará siempre, se que esa desición puede cerrarme algunas puertas e inclusive otras, la verdad soy consciente de ello, parte de mi cambio empieza aquí en este texto, en este espacio, en esta vida.
Esta decisión entre muchas otras , son aquellas cosas que con el paso de los días he ido conociendo, como si me mostrasen un libro con “aquellas instrucciones” que alguna vez deseamos todos tener en la vida, las respuestas para hacer “nuestra vida más sencilla” y dejar todo tipo de inconformidades y sufrimientos.
Hoy me doy cuenta que me he permitido ser emocional, y no creo que sea malo, ¿o si ? Yo bien pienso que no, creo que es válido conocerse en lo más bajo o inclusive en aquello que nos lastima para así volvernos a la realidad y volver a estar bien, no creo que sea malo o contraproducente si se lo hace con cuidado y con consciencia plena.
hoy puedo decir con alegría que me siento bien conmigo mismo, que esta semana aprendí a ser mejor, que cometí errores que se que ya no cometeré , que puedo hablarme con la verdad y hablarle con pureza a los que me rodean y que de nuevo irradio luz y paz en mi mirada cuando días atrás solo quería que terminara mi semana y si era posible en un pestañeo.
Hoy me siento bien, feliz y en Paz.
Me gustaría agregar una oración para terminar mi meditación.
Que todos los seres que existen,
Débiles o fuertes,
Largos, grandes, medianos
Bajos, pequeños o gruesos,
Que todos los seres que existen,
Conocidos o desconocidos,
Cercanos o lejanos,
Nacidos o por nacer,
Que todos los seres sin excepción estén felices.
Que nadie engañe ni desprecie a otra persona en ningún lugar;
Que no desee el daño de los demás con enojo.
Así como una madre protege a su única hija o hijo
a costa de su propia vida,
De la misma forma uno debe cultivar un
corazón sin límites hacia todos los seres.
Que los pensamientos de amor llenen todo el mundo,
Arriba, abajo y a lo largo;
Sin ninguna obstrucción, sin odio, sin enemistad.
Parada, caminando, sentada o acostada, mientras despierta,
Una debe cultivar esta meditación de amor.
Su vida traerá el cielo a la Tierra.
Namu amida butsu.
Mil bendiciones y paz.
sábado, 12 de febrero de 2011
Gracias
...POR QUE ME LLEVO MI ALMA, PARA NO OLVIDAR LO APRENDIDO ESQUE VIVIRE MIL VECES Y LAS MIL VECES CONTIGO...!
Vivo el amor que me brindas cada dia,vivo mi vida plena, emocionado y con la certeza de que junto a ti es mi camino.
¿por que publico esto? por que eres parte de mi, por que eres mi maestra y mi amiga, mi amante, mi pareja,mi refugio, mis brazos,mis ojos, mis manos, mis labios.
Por que te amo inmensamente y comptartimos una historia y un camino que me llena plenamente. bendigo al dharma por haberte encontrado y haberme puesto en tu sendero.
Gracias por ser mi luz.
Gracias por ser.
Gracias por estar.
Gracias por amar de ese modo.
te amo siempre.
Vivo el amor que me brindas cada dia,vivo mi vida plena, emocionado y con la certeza de que junto a ti es mi camino.
¿por que publico esto? por que eres parte de mi, por que eres mi maestra y mi amiga, mi amante, mi pareja,mi refugio, mis brazos,mis ojos, mis manos, mis labios.
Por que te amo inmensamente y comptartimos una historia y un camino que me llena plenamente. bendigo al dharma por haberte encontrado y haberme puesto en tu sendero.
Gracias por ser mi luz.
Gracias por ser.
Gracias por estar.
Gracias por amar de ese modo.
te amo siempre.
miércoles, 9 de febrero de 2011
Meditación para un dia no tan bueno
Vivo el aquí, el presente y el ahora.
Aprendo de mis errores y aprendo del que me reprende
Acepto con humildad mis faltas y mis descuidos,
No uso escusas por que estas me alejan de mi realidad y limitan mi crecimiento
escucho para ser escuchado,
Aprendo y me doy cuenta de lo que realmente soy
De aquello por lo estoy aquí, y de aquello que busco más adelante sin olvidar mi realidad.
sin olvidar(me) (te) con pazciencia y atención en mis acciones.
Agradezco lo aprendido en este día, y se que el día de mañana será mejor.
Que así sea.
Namu Amida butsu
domingo, 6 de febrero de 2011
Meditación y distracción.
Domingo por la mañana, mi cabeza escasamente recuerda lo que hice el día de ayer, me perdí entre las risas los humos, la bebida… la voz de la mujer que amo, y ese extraño sentimiento de inconformidad ante los sucesos que vinieron después.
Un desayuno delicioso que no fui capaz de saborear, mi cabeza es un bote, el sonido se vuelve opaco, tenso, como si al materializarlo lo volviéramos color mate.
Un baño que despejo mi mente, el sonido del martilleo en la casa del vecino, acompañado con Louis Armstrong de fondo mientras arreglaba mi cuarto y esa sensación de querer a volver ser yo, sin más ni más, ese molesto PUM PUM PUM TAC TAC TAC del continuo martilleo, en verdad nada agradable.
En mi casa las voces de mi familia que por lo regular casi siempre son muy altas, mi hermana cantando de aquí para allá mientras busca retocarse el peinado, mi hermano discutiendo problemas de la adolescencia con mis padres…
fue entonces que respire, acomodé mi safu casero y me decidí al zazen.
mi practica dominical se hace cada vez más evidente, y creo…mas no quiero suponer que es mal visto ante mis padres; ¿qué hacer? La verdad es algo incomodo, te ven sentado y resultan de risas y comparaciones chuscas, las cuales a veces comparto, claro; son graciosas. Pero otras hieren, no mi cuerpo físico pero si siento que merman mi ser, mi estar, mi aquí y mi ahora…
no paso a ignorarlos porque si ignorara mi realidad no haría zazen, la meditación no consiste en privarse de la constante y marcada realidad en la que vivimos; si no más bien pienso yo ( puedo estar equivocado) en encontrar ese equilibrio entre nuestro YO y nuestro AHORA como concepto.
de regreso en mi meditación , voy en mi expiración numero 64, lenta, pausada y el tac tac tac se hace presente de nuevo; lo asimilo como parte de mí, lo agrego a mi respiración, mas no lo ignoro, sigo constante y la verdad es que es complicado. Unas cuantas expiraciones mas y el sonido es evidente, mas ya es integro en su totalidad y no me causa revuelo.
Unos minutos después me encuentro tranquilo y sereno, justo en ese momento mi hermana entra a mi cuarto, es fácil saber que es ella por el sonido de sus pies acercándose a mi puerta, se para frente a ella y de perfil hacia a mí y justo congela la palabra “como me veo” , no pude evitar dibujar una sonrisa en mi boca, voltee a verla y contesto su respuesta.
Allí un pensamiento pasó por mi mente, esa presencia que debe siempre de estar constante, para los demás, para el todo.
Esa presencia que a veces no nos permite o nos Cega ante lo que somos, no se si se entienda esa idea, mas aun encontré que la meditación va mas allá de poder estar en paz, es un proceso de semiosis infinita, constante ( Pierce) bien lo dicen zazen es como poder ver pasar las nubes, es ver cómo pasa el pensamiento, como pasa el aire a través de tu nariz, pulmones, es ser , es estar, es sentir y no privarse de una realidad física, tal vez y esto para las personas que meditan en las diversas formas existentes no tenga mayor revelación, pero creo que vale la pena remarcar la constante retro alimentación que suele surgir en cada pensamiento, acción , palabra u hecho.
Después de meditar, casi siempre me tomo unos minutos de contemplación, en los que veo mis pies, mis manos, y lo que me rodea en mi cuarto, (medito en mi cuarto) y ese lapso de tiempo ataque mi ego, trate de encontrarlo desprevenido y lo hice , deje atrás esa nostalgia con la que desperté en la mañana, pedí una disculpa necesaria a la mujer que amo , contrarresté esa idea tonta de apego que me surgió el día anterior , y demás pequeñas cosas que había que pulir.
Mi familia ya no estaba en casa, y prendí mi computador, y encontré en el muro de un nuevo contacto un video que me movió bastante, viéndolo; recordé la grandeza del todo y la pequeñez en la que encerrado a veces podemos sentirnos, lo sublime que pueden ser un par de gotas, ese universo y totalidad que se reduce a unos pocos mililitros.
Esas imágenes que me recordaron trabajos pasados y que hizo enchinar mi piel y deslizar una lagriman de mis ojos.
Muchas gracias por esa aportación Eusebio Galván.
por lo pronto mi día continua y dejare que fluya como deba de seguir, disfrutando d mi familia, de los seres que amo en paz y armonía, sé que es complicado, pero aun hasta los locos sueñan.
Mil bendiciones.
Un desayuno delicioso que no fui capaz de saborear, mi cabeza es un bote, el sonido se vuelve opaco, tenso, como si al materializarlo lo volviéramos color mate.
Un baño que despejo mi mente, el sonido del martilleo en la casa del vecino, acompañado con Louis Armstrong de fondo mientras arreglaba mi cuarto y esa sensación de querer a volver ser yo, sin más ni más, ese molesto PUM PUM PUM TAC TAC TAC del continuo martilleo, en verdad nada agradable.
En mi casa las voces de mi familia que por lo regular casi siempre son muy altas, mi hermana cantando de aquí para allá mientras busca retocarse el peinado, mi hermano discutiendo problemas de la adolescencia con mis padres…
fue entonces que respire, acomodé mi safu casero y me decidí al zazen.
mi practica dominical se hace cada vez más evidente, y creo…mas no quiero suponer que es mal visto ante mis padres; ¿qué hacer? La verdad es algo incomodo, te ven sentado y resultan de risas y comparaciones chuscas, las cuales a veces comparto, claro; son graciosas. Pero otras hieren, no mi cuerpo físico pero si siento que merman mi ser, mi estar, mi aquí y mi ahora…
no paso a ignorarlos porque si ignorara mi realidad no haría zazen, la meditación no consiste en privarse de la constante y marcada realidad en la que vivimos; si no más bien pienso yo ( puedo estar equivocado) en encontrar ese equilibrio entre nuestro YO y nuestro AHORA como concepto.
de regreso en mi meditación , voy en mi expiración numero 64, lenta, pausada y el tac tac tac se hace presente de nuevo; lo asimilo como parte de mí, lo agrego a mi respiración, mas no lo ignoro, sigo constante y la verdad es que es complicado. Unas cuantas expiraciones mas y el sonido es evidente, mas ya es integro en su totalidad y no me causa revuelo.
Unos minutos después me encuentro tranquilo y sereno, justo en ese momento mi hermana entra a mi cuarto, es fácil saber que es ella por el sonido de sus pies acercándose a mi puerta, se para frente a ella y de perfil hacia a mí y justo congela la palabra “como me veo” , no pude evitar dibujar una sonrisa en mi boca, voltee a verla y contesto su respuesta.
Allí un pensamiento pasó por mi mente, esa presencia que debe siempre de estar constante, para los demás, para el todo.
Esa presencia que a veces no nos permite o nos Cega ante lo que somos, no se si se entienda esa idea, mas aun encontré que la meditación va mas allá de poder estar en paz, es un proceso de semiosis infinita, constante ( Pierce) bien lo dicen zazen es como poder ver pasar las nubes, es ver cómo pasa el pensamiento, como pasa el aire a través de tu nariz, pulmones, es ser , es estar, es sentir y no privarse de una realidad física, tal vez y esto para las personas que meditan en las diversas formas existentes no tenga mayor revelación, pero creo que vale la pena remarcar la constante retro alimentación que suele surgir en cada pensamiento, acción , palabra u hecho.
Después de meditar, casi siempre me tomo unos minutos de contemplación, en los que veo mis pies, mis manos, y lo que me rodea en mi cuarto, (medito en mi cuarto) y ese lapso de tiempo ataque mi ego, trate de encontrarlo desprevenido y lo hice , deje atrás esa nostalgia con la que desperté en la mañana, pedí una disculpa necesaria a la mujer que amo , contrarresté esa idea tonta de apego que me surgió el día anterior , y demás pequeñas cosas que había que pulir.
Mi familia ya no estaba en casa, y prendí mi computador, y encontré en el muro de un nuevo contacto un video que me movió bastante, viéndolo; recordé la grandeza del todo y la pequeñez en la que encerrado a veces podemos sentirnos, lo sublime que pueden ser un par de gotas, ese universo y totalidad que se reduce a unos pocos mililitros.
Esas imágenes que me recordaron trabajos pasados y que hizo enchinar mi piel y deslizar una lagriman de mis ojos.
Muchas gracias por esa aportación Eusebio Galván.
por lo pronto mi día continua y dejare que fluya como deba de seguir, disfrutando d mi familia, de los seres que amo en paz y armonía, sé que es complicado, pero aun hasta los locos sueñan.
Mil bendiciones.
viernes, 4 de febrero de 2011
Via del zen y no violencia
Por Dokushô Villalba
La Vía del Zen es un camino de despertar espiritual de mas de dos mil quinientos años de antigüedad, una tradición que se ha perpetuado de generación en generación, de maestro a discípulos, atravesando culturas y áreas geográficas muy diversas.
El origen del Zen se remonta al Buda Sakiamuni, fundador histórico del Budismo quien vivió en el siglo V a.C., aunque las técnicas de meditación empleadas por el Buda datan al menos del siglo XIX a.C. En efecto, en la últimas excavaciones realizadas en Mohenjo Daro, una de las principales ciudades de la civilización dravídica que se extendió por el valle del Indo antes de la invasión de los indoeuropeos, se ha encontrado una estatuilla de un asceta en la postura de meditación del loto que los practicantes Zen de hoy en día seguimos utilizando. Esta estatuilla ha sido datada como procedente de alrededor el año 1800 a.C., es decir de hace unos 3800 años.
El zen no es una teoría, ni una filosofía, ni una religión, ni un sistema doctrinal basado en dogmas. Es sobre todo una experiencia, una praxis, una forma de vivir, una actitud ante la vida y ante la muerte. La esencia de esta experiencia es sobre todo la realización vivencial de la verdadera naturaleza de nuestra existencia y una forma de vida que se desprende naturalmente de esta realización.
El acceso a esta experiencia tiene lugar principalmente a través de la práctica de la meditación zen llamada zazen.El acceso a esta experiencia tiene lugar principalmente a través de la práctica de la meditación zen llamada zazen.
El camino del zen se basa en tres pilares:
1. Práctica de la meditación sedente o zazen.
2. Estilo de vida o comportamiento ético y
3. Comprensión transracional de la realidad o sabiduría.
La plena realización de las enseñanzas zen implica el cultivo y la realización de estos tres aspectos.La plena realización de las enseñanzas zen implica el cultivo y la realización de estos tres aspectos.
Me gustaría ahora enfocar la atención sobre el aspecto ESTILO DE VIDA o COMPORTAMIENTO ETICO, ya que este aspecto constituye la base imprescindible de una práctica meditativa adecuada.
¿Qué es la ética?
La ética es definida como la parte de la filosofía que trata sobre la moral y las obligaciones del ser humano.
A su vez, la moral es la disciplina que estudia las acciones humanas en base a su bondad o su maldad. En el corazón de toda ética se encuentran pues los conceptos de Bien y de Mal.
La pregunta clave es ¿qué es el Bien, qué es el Mal? El maestro Zen japonés Menzan Zuihô, del s. XVIII, escribió:
"El Bien no es un valor absoluto ni universal. Sin embargo, nos aferramos tercamente a lo que nosotros consideramos como bueno creyendo que es realmente el Bien. El Mal tampoco es un valor absoluto. Aún así nos apegamos a nuestros propios juicios y no actuamos espontáneamente. Lo que nosotros consideramos firmemente como bueno, otros pueden considerarlo como malo, y viceversa. Pero aunque todos nos pusiéramos de acuerdo respecto al Bien y al Mal, este acuerdo no sería más que un juicio emitido por la mente ilusoria que se manifiesta en forma de conocimientos, puntos de vista, experiencias condicionadas, etc."
Otro maestro zen, Yoka Daishi (China,s.VIII), escribió en su obra "El Canto del Despertar Inmediato":
"¿Qué es el Bien, qué es el Mal?
Los seres humanos no podemos saberlo.
¿Quién va en el buen camino y quién a contracorriente?
Ni siquiera el cielo puede determinarlo".
El Bien y el Mal son valores relativos. Cada cultura, cada sistema religioso, cada sociedad e, incluso, cada individuo, construyen su propia ética en base a sus apreciaciones relativas y condicionadas sobre el Bien y el Mal. Por ello puede parecer difícil hablar de una ética universal, así, en singular. Lo que encontramos a primera vista es una gran variedad de éticas o conjuntos de normas morales.
Etica y éticas.
Dentro de las grandes tradiciones espirituales tenemos la ética judeocristiana, la jainista, hinduista, musulmana, la protestante, la budista, la ética de los indios norteamericanos, de los bosquimanos africanos, de los aborígenes australianos, etc.
Dentro de la tradición civil tenemos el código ético implícito en el derecho romano, en el marxismo-leninismo, en el anarquismo utópico, en la religión civil norteamericana, etc.
Por otra parte, está lo que podríamos llamar la ética del poder, para la cual el Bien consiste en conseguir poder, en mantener y aumentar el poder conseguido, y el Mal es todo aquello que amenace de alguna forma a este poder.
Está la ética del beneficio comercial, según la cual el Bien consiste en ganar todo el dinero que se pueda y el Mal en perder la riqueza obtenida.
Está la ética trascendentalista, para la cual el Bien consiste en abandonar lo antes posible este mundo impuro para alcanzar un mundo puro en el más allá, y el Mal viene representado por todo aquello que ata al ser humano a este mundo impuro.
Está la ética materialista, para la cual el Bien consiste en gozar al máximo de los placeres de este mundo y el Mal es todo aquello que impide hacerlo.
Está la ética individualista para la cual el individuo es lo primero, el Bien supremo, y todo aquello que coarta la libertad del individuo es el Mal.
Está la ética colectivista para la cual la supervivencia del grupo social es lo primero y todo aquello que ponga en peligro el bien común es el Mal.
Está la ética nacionalista, la ética centralista, la ética federalista, etc...
Lo que encontramos más a menudo en nuestra vida cotidiana, tanto en el sistema social como en nuestro fuero interno, es una mezcla de distintos códigos éticos a menudo contrapuestos y casi siempre en conflicto entre sí.
Las guerras religiosas, étnicas, culturales e incluso civiles son, en esencia, las guerras de unos códigos éticos contra otros. Los seguidores de unos y otros sistemas éticos creen que su concepción del Bien y del Mal es la verdadera, la única verdadera y, por ello, tratan de imponer, mediante el uso del poder y de la violencia, su concepción absoluta del Bien y del Mal a otros. El resultado de esta lucha no es más que dolor y sufrimiento para todos.
Esto es lo que vemos al analizar la historia pasada y presente de la humanidad.
¿Es posible alcanzar una definición universal del Bien y del Mal que pueda ser compartida por todos los seres humanos de este Planeta? Este es el reto al que nos enfrentamos al alba del siglo XXI. Algo en lo que todos tenemos que ponernos a trabajar.
Etica de la sabiduría y ética de la compasión.
Creo que, en primer lugar, todos deberíamos relativizar nuestras concepciones acerca del Bien y del Mal. "¿Quién va por el buen camino y quién a contracorriente? Ni siquiera el cielo puede saberlo", decía el maestro zen Yoka Daishi. Tenemos que reconocer que nuestras concepciones acerca del Bien y del Mal han surgido como fruto de un fuerte condicionamiento personal, familiar, social, religioso, cultural, étnico, histórico, geográfico e incluso cósmico. Lo que es bueno para mí no tiene porqué serlo necesariamente para tí. Lo que es malo para tí no tiene porqué serlo para mí. El reconocimiento del carácter relativo del Bien y del Mal nos libera de la fijación ciega que conduce a la dominación compulsiva de los demás. Reconociendo que nuestra concepción del Bien y del Mal es relativa podemos reconocer que la concepción de los demás también es relativa y, aceptando esta relatividad de todos los sistemas éticos, el Bien y el Mal dejan de ser considerados como un Absoluto con marca registrada.
A esta percepción la llamo "ética de la sabiduría" porque es el ojo de la sabiduría el que nos permite ver que el Bien y el Mal son valores relativos.
No obstante, esta ética de la sabiduría, aunque es imprescindible, no es suficiente. La ética de la sabiduría sirve para reconocer, aceptar y respetar la diferencia, la diversidad, de cada individuo, cultura o tradición. Ahora bien, puesto que sólo somos lo que somos a través de nuestra relación con los demás, puesto que somos seres relacionales, necesitamos un supuesto común, un principio de unidad, que nos permita desarrollarnos en nuestra relación con los demás. Necesitamos un interface ético que nos permita comunicarnos desde nuestro código ético con el código ético de los demás. Necesitamos encontrar los principios éticos globales y universales que subyacen en nuestros códigos éticos relativos.
Personalmente siento que este interface ético de alcance universal puede ser construido a partir de lo que se ha venido en llamar la regla de oro de la ética:
"No inflingas a otros la violencia de la que tú mismo no quieres ser víctima"
o bien
"No le hagas a otros lo que no te gusta que te hagan a ti mismo".
El valor de este interface ético no estriba tanto en su carácter de Verdad Absoluta (lo cual conduciría a un nuevo Absolutismo), sino en su poder de comunicar a través de un lenguaje común a distintos códigos éticos. Es decir, su valor radica en su función de generar un espacio de encuentro y comunicación, un reconocimiento de la unidad subyacente a los distintos sistemas éticos. Este interface podría ser llamado "ética de la compasión".
Una ética basada en la sabiduría (el conocimiento) y la compasión (la empatía) es la mejor medicina para la enfermedad del egocentrismo y la ética individualista asociada a él.
El egocentrismo es en efecto una enfermedad mental y emocional que reviste carácter de plaga especialmente en las sociedades opulentas. El estado mental egocéntrico es el producto de un desarrollo psicológico incompleto que tiene como resultado una visión errónea por incompleta de la realidad.
¿En qué consiste básicamente el egocentrismo? En creer que el yo es el centro y la cúspide del mundo y que todos los seres que pueblan el universo ya sean humanos, animales, vegetales, minerales, objetos, medio ambiente, etc están ahí únicamente para satisfacer y servir a los deseos del yo. Para la mentalidad egocéntrica, la existencia de los demás sólo tiene valor en cuanto que sirva para satisfacer los deseos del yo. El yo es convertido en el Sujeto Absoluto y los demás reducidos a objetos relativos.
Hacia una ética universal como expresión de la compasión.
La ética de la compasión no trata de imponer una determinada concepción absoluta del Bien y del Mal. No es una ética basada en el poder, ni siquiera en la posesión de una hipotética Verdad, entendida como categoría absoluta.
Es una ética que trata de encontrar el sentimiento común que subyace en todos los seres vivientes y en todo código ético.
Siento que el Manifiesto 2000 impulsado por la UNESCO en el año 2000 dentro de la campaña internacional por una Cultura de Paz y No-violencia es una buena expresión de esta "ética de la compasión".
Hoy, cinco años más tarde, después del 11 de septiembre en New York, después del 11 de marzo en Madrid, y de tantos otros actos brutales, esta cultura de paz y no-violencia se ha vuelto mucho más necesaria.
El Manifiesto 2000 se articula en seis puntos que constituyen de hecho los pilares de una ética universal, que bien puede ser abrazada por un budista, por un musulmán, por un cristiano, por un agnóstico o un ateo. Personalmente, como ser humano, como ciudadano del mundo y como budista, me siento totalmente identificado con estos principios.
Estos seis principios son:
* Respetar la vida.
1. Puesto que yo amo y respeto mi propia vida, tengo el derecho de que los demás amen y respeten mi vida.
2. Puesto que los demás aman y respetan su propia vida, tengo la responsabilidad de amar y respetar la vida de los demás, no amenazando ni mental, ni verbal ni físicamente la vida de los demás ni apoyando o justificando a aquellos que no respetan el derecho a la vida de los demás.
* Practicar la no-violencia.
1. Puesto que no me gusta que ejerzan la violencia sobre mí, tengo el derecho de vivir libre de violencia.
2. Puesto que a los demás no les guste que se ejerza la violencia sobre ellos, tengo la responsabilidad de no ejercer violencia ni mental, ni verbal ni física sobre ellos.
* Compartir el tiempo y los recursos.
1. Puesto que los recursos vitales pertenecen realmente a la Vida (y la Vida no pertenece a nadie) tengo el derecho de que aquellos que poseen más recursos que yo los compartan conmigo.
2. Puesto que los recursos vitales pertenecen realmente a la Vida (y la Vida no pertenece a nadie) tengo la responsabilidad de compartir los recursos que poseo con aquellos que tienen menos que yo, siendo consciente que el reparto injusto de la riqueza es una de las principales causas de violencia en el mundo.
* Defender la libertad de expresión y la diversidad cultural.
1. Puesto que la Vida es libertad y yo soy un ser vivo, tengo derecho a expresar libremente mi identidad personal y cultural y a defender pacíficamente dicha expresión cuando sea amenazada.
2. Puesto que la Vida es libertad y los demás son seres vivos, tengo la responsabilidad de aceptar y respetar la expresión de la identidad personal y cultural de los demás y a defenderla pacíficamente cuando sea amenazada.
* Promover un consumo responsable.
1. Puesto que soy un ser vivo que necesita recursos vitales para vivir dignamente, tengo derecho a disponer de aquello que necesito.
2. Puesto que los demás también son seres vivos que también necesitan recursos vitales para vivir dignamente y, dado que estos recursos son limitados, tengo la responsabilidad de consumir sólo lo que necesito y compartir con los demás los recursos limitados del planeta.
* Contribuir al desarrollo de la comunidad.
1. Puesto que soy un ser social que necesita vivir en comunidad, tengo derecho a que mis necesidades sean reconocidas y satisfechas por la comunidad.
2. Puesto que los demás son seres sociales que necesitan vivir en comunidad, tengo la responsabilidad de trabajar para que las necesidades de los demás sean reconocidas y satisfechas.
La ética basada en la compasión es el polo opuesto a la ética basada en el poder y la dominación, sea cual sea la forma que este poder y dominación adquiera.
La ética de la compasión se basa en un principio universal: ningún ser ama el sufrimiento. Por lo tanto, evitar que todos los seres (tanto yo como los demás, tanto humanos, como vegetales y animales) experimenten el sufrimiento es el principio universal sobre el que se asienta la ética de la compasión.
La ética del poder y la dominación se basa en la imposición casi siempre violenta de un determinado sistema de valores considerados "verdaderos y absolutos" a los demás, para beneficio de aquellos que ostentan el poder y sin consideración hacia el sufrimiento de aquellos que sufren esta imposición.
La ética del poder ha sido la que más frecuentemente ha dominado la historia de la humanidad y la que sigue dominando hoy día. Muchas instituciones religiosas, políticas y estatales, muchos grupos étnicos y muchos grandes consorcios económicos han recurrido siempre a la ética del poder y siguen haciéndolo hoy día.
No obstante, en un mundo cada vez más consciente de la interdependencia esencial que subyace en el tejido de la Vida, en una época histórica en la que el poder de las armas de destrucción masiva es escalofriante, la perpetuación de la ética del poder y la dominación es el mayor peligro al que se enfrenta la Humanidad.
La alternativa no puede ser otra que la expansión en los corazones de todos los seres humanos de la "ética de la sabiduría" y de este interface ético al que llamo "ética de la compasión". Siento que, obligados por el puro instinto de superviviencia, este es el imperativo histórico al que debemos responder en este siglo XXI que comienza.
La Vía del Zen es un camino de despertar espiritual de mas de dos mil quinientos años de antigüedad, una tradición que se ha perpetuado de generación en generación, de maestro a discípulos, atravesando culturas y áreas geográficas muy diversas.
El origen del Zen se remonta al Buda Sakiamuni, fundador histórico del Budismo quien vivió en el siglo V a.C., aunque las técnicas de meditación empleadas por el Buda datan al menos del siglo XIX a.C. En efecto, en la últimas excavaciones realizadas en Mohenjo Daro, una de las principales ciudades de la civilización dravídica que se extendió por el valle del Indo antes de la invasión de los indoeuropeos, se ha encontrado una estatuilla de un asceta en la postura de meditación del loto que los practicantes Zen de hoy en día seguimos utilizando. Esta estatuilla ha sido datada como procedente de alrededor el año 1800 a.C., es decir de hace unos 3800 años.
El zen no es una teoría, ni una filosofía, ni una religión, ni un sistema doctrinal basado en dogmas. Es sobre todo una experiencia, una praxis, una forma de vivir, una actitud ante la vida y ante la muerte. La esencia de esta experiencia es sobre todo la realización vivencial de la verdadera naturaleza de nuestra existencia y una forma de vida que se desprende naturalmente de esta realización.
El acceso a esta experiencia tiene lugar principalmente a través de la práctica de la meditación zen llamada zazen.El acceso a esta experiencia tiene lugar principalmente a través de la práctica de la meditación zen llamada zazen.
El camino del zen se basa en tres pilares:
1. Práctica de la meditación sedente o zazen.
2. Estilo de vida o comportamiento ético y
3. Comprensión transracional de la realidad o sabiduría.
La plena realización de las enseñanzas zen implica el cultivo y la realización de estos tres aspectos.La plena realización de las enseñanzas zen implica el cultivo y la realización de estos tres aspectos.
Me gustaría ahora enfocar la atención sobre el aspecto ESTILO DE VIDA o COMPORTAMIENTO ETICO, ya que este aspecto constituye la base imprescindible de una práctica meditativa adecuada.
¿Qué es la ética?
La ética es definida como la parte de la filosofía que trata sobre la moral y las obligaciones del ser humano.
A su vez, la moral es la disciplina que estudia las acciones humanas en base a su bondad o su maldad. En el corazón de toda ética se encuentran pues los conceptos de Bien y de Mal.
La pregunta clave es ¿qué es el Bien, qué es el Mal? El maestro Zen japonés Menzan Zuihô, del s. XVIII, escribió:
"El Bien no es un valor absoluto ni universal. Sin embargo, nos aferramos tercamente a lo que nosotros consideramos como bueno creyendo que es realmente el Bien. El Mal tampoco es un valor absoluto. Aún así nos apegamos a nuestros propios juicios y no actuamos espontáneamente. Lo que nosotros consideramos firmemente como bueno, otros pueden considerarlo como malo, y viceversa. Pero aunque todos nos pusiéramos de acuerdo respecto al Bien y al Mal, este acuerdo no sería más que un juicio emitido por la mente ilusoria que se manifiesta en forma de conocimientos, puntos de vista, experiencias condicionadas, etc."
Otro maestro zen, Yoka Daishi (China,s.VIII), escribió en su obra "El Canto del Despertar Inmediato":
"¿Qué es el Bien, qué es el Mal?
Los seres humanos no podemos saberlo.
¿Quién va en el buen camino y quién a contracorriente?
Ni siquiera el cielo puede determinarlo".
El Bien y el Mal son valores relativos. Cada cultura, cada sistema religioso, cada sociedad e, incluso, cada individuo, construyen su propia ética en base a sus apreciaciones relativas y condicionadas sobre el Bien y el Mal. Por ello puede parecer difícil hablar de una ética universal, así, en singular. Lo que encontramos a primera vista es una gran variedad de éticas o conjuntos de normas morales.
Etica y éticas.
Dentro de las grandes tradiciones espirituales tenemos la ética judeocristiana, la jainista, hinduista, musulmana, la protestante, la budista, la ética de los indios norteamericanos, de los bosquimanos africanos, de los aborígenes australianos, etc.
Dentro de la tradición civil tenemos el código ético implícito en el derecho romano, en el marxismo-leninismo, en el anarquismo utópico, en la religión civil norteamericana, etc.
Por otra parte, está lo que podríamos llamar la ética del poder, para la cual el Bien consiste en conseguir poder, en mantener y aumentar el poder conseguido, y el Mal es todo aquello que amenace de alguna forma a este poder.
Está la ética del beneficio comercial, según la cual el Bien consiste en ganar todo el dinero que se pueda y el Mal en perder la riqueza obtenida.
Está la ética trascendentalista, para la cual el Bien consiste en abandonar lo antes posible este mundo impuro para alcanzar un mundo puro en el más allá, y el Mal viene representado por todo aquello que ata al ser humano a este mundo impuro.
Está la ética materialista, para la cual el Bien consiste en gozar al máximo de los placeres de este mundo y el Mal es todo aquello que impide hacerlo.
Está la ética individualista para la cual el individuo es lo primero, el Bien supremo, y todo aquello que coarta la libertad del individuo es el Mal.
Está la ética colectivista para la cual la supervivencia del grupo social es lo primero y todo aquello que ponga en peligro el bien común es el Mal.
Está la ética nacionalista, la ética centralista, la ética federalista, etc...
Lo que encontramos más a menudo en nuestra vida cotidiana, tanto en el sistema social como en nuestro fuero interno, es una mezcla de distintos códigos éticos a menudo contrapuestos y casi siempre en conflicto entre sí.
Las guerras religiosas, étnicas, culturales e incluso civiles son, en esencia, las guerras de unos códigos éticos contra otros. Los seguidores de unos y otros sistemas éticos creen que su concepción del Bien y del Mal es la verdadera, la única verdadera y, por ello, tratan de imponer, mediante el uso del poder y de la violencia, su concepción absoluta del Bien y del Mal a otros. El resultado de esta lucha no es más que dolor y sufrimiento para todos.
Esto es lo que vemos al analizar la historia pasada y presente de la humanidad.
¿Es posible alcanzar una definición universal del Bien y del Mal que pueda ser compartida por todos los seres humanos de este Planeta? Este es el reto al que nos enfrentamos al alba del siglo XXI. Algo en lo que todos tenemos que ponernos a trabajar.
Etica de la sabiduría y ética de la compasión.
Creo que, en primer lugar, todos deberíamos relativizar nuestras concepciones acerca del Bien y del Mal. "¿Quién va por el buen camino y quién a contracorriente? Ni siquiera el cielo puede saberlo", decía el maestro zen Yoka Daishi. Tenemos que reconocer que nuestras concepciones acerca del Bien y del Mal han surgido como fruto de un fuerte condicionamiento personal, familiar, social, religioso, cultural, étnico, histórico, geográfico e incluso cósmico. Lo que es bueno para mí no tiene porqué serlo necesariamente para tí. Lo que es malo para tí no tiene porqué serlo para mí. El reconocimiento del carácter relativo del Bien y del Mal nos libera de la fijación ciega que conduce a la dominación compulsiva de los demás. Reconociendo que nuestra concepción del Bien y del Mal es relativa podemos reconocer que la concepción de los demás también es relativa y, aceptando esta relatividad de todos los sistemas éticos, el Bien y el Mal dejan de ser considerados como un Absoluto con marca registrada.
A esta percepción la llamo "ética de la sabiduría" porque es el ojo de la sabiduría el que nos permite ver que el Bien y el Mal son valores relativos.
No obstante, esta ética de la sabiduría, aunque es imprescindible, no es suficiente. La ética de la sabiduría sirve para reconocer, aceptar y respetar la diferencia, la diversidad, de cada individuo, cultura o tradición. Ahora bien, puesto que sólo somos lo que somos a través de nuestra relación con los demás, puesto que somos seres relacionales, necesitamos un supuesto común, un principio de unidad, que nos permita desarrollarnos en nuestra relación con los demás. Necesitamos un interface ético que nos permita comunicarnos desde nuestro código ético con el código ético de los demás. Necesitamos encontrar los principios éticos globales y universales que subyacen en nuestros códigos éticos relativos.
Personalmente siento que este interface ético de alcance universal puede ser construido a partir de lo que se ha venido en llamar la regla de oro de la ética:
"No inflingas a otros la violencia de la que tú mismo no quieres ser víctima"
o bien
"No le hagas a otros lo que no te gusta que te hagan a ti mismo".
El valor de este interface ético no estriba tanto en su carácter de Verdad Absoluta (lo cual conduciría a un nuevo Absolutismo), sino en su poder de comunicar a través de un lenguaje común a distintos códigos éticos. Es decir, su valor radica en su función de generar un espacio de encuentro y comunicación, un reconocimiento de la unidad subyacente a los distintos sistemas éticos. Este interface podría ser llamado "ética de la compasión".
Una ética basada en la sabiduría (el conocimiento) y la compasión (la empatía) es la mejor medicina para la enfermedad del egocentrismo y la ética individualista asociada a él.
El egocentrismo es en efecto una enfermedad mental y emocional que reviste carácter de plaga especialmente en las sociedades opulentas. El estado mental egocéntrico es el producto de un desarrollo psicológico incompleto que tiene como resultado una visión errónea por incompleta de la realidad.
¿En qué consiste básicamente el egocentrismo? En creer que el yo es el centro y la cúspide del mundo y que todos los seres que pueblan el universo ya sean humanos, animales, vegetales, minerales, objetos, medio ambiente, etc están ahí únicamente para satisfacer y servir a los deseos del yo. Para la mentalidad egocéntrica, la existencia de los demás sólo tiene valor en cuanto que sirva para satisfacer los deseos del yo. El yo es convertido en el Sujeto Absoluto y los demás reducidos a objetos relativos.
Hacia una ética universal como expresión de la compasión.
La ética de la compasión no trata de imponer una determinada concepción absoluta del Bien y del Mal. No es una ética basada en el poder, ni siquiera en la posesión de una hipotética Verdad, entendida como categoría absoluta.
Es una ética que trata de encontrar el sentimiento común que subyace en todos los seres vivientes y en todo código ético.
Siento que el Manifiesto 2000 impulsado por la UNESCO en el año 2000 dentro de la campaña internacional por una Cultura de Paz y No-violencia es una buena expresión de esta "ética de la compasión".
Hoy, cinco años más tarde, después del 11 de septiembre en New York, después del 11 de marzo en Madrid, y de tantos otros actos brutales, esta cultura de paz y no-violencia se ha vuelto mucho más necesaria.
El Manifiesto 2000 se articula en seis puntos que constituyen de hecho los pilares de una ética universal, que bien puede ser abrazada por un budista, por un musulmán, por un cristiano, por un agnóstico o un ateo. Personalmente, como ser humano, como ciudadano del mundo y como budista, me siento totalmente identificado con estos principios.
Estos seis principios son:
* Respetar la vida.
1. Puesto que yo amo y respeto mi propia vida, tengo el derecho de que los demás amen y respeten mi vida.
2. Puesto que los demás aman y respetan su propia vida, tengo la responsabilidad de amar y respetar la vida de los demás, no amenazando ni mental, ni verbal ni físicamente la vida de los demás ni apoyando o justificando a aquellos que no respetan el derecho a la vida de los demás.
* Practicar la no-violencia.
1. Puesto que no me gusta que ejerzan la violencia sobre mí, tengo el derecho de vivir libre de violencia.
2. Puesto que a los demás no les guste que se ejerza la violencia sobre ellos, tengo la responsabilidad de no ejercer violencia ni mental, ni verbal ni física sobre ellos.
* Compartir el tiempo y los recursos.
1. Puesto que los recursos vitales pertenecen realmente a la Vida (y la Vida no pertenece a nadie) tengo el derecho de que aquellos que poseen más recursos que yo los compartan conmigo.
2. Puesto que los recursos vitales pertenecen realmente a la Vida (y la Vida no pertenece a nadie) tengo la responsabilidad de compartir los recursos que poseo con aquellos que tienen menos que yo, siendo consciente que el reparto injusto de la riqueza es una de las principales causas de violencia en el mundo.
* Defender la libertad de expresión y la diversidad cultural.
1. Puesto que la Vida es libertad y yo soy un ser vivo, tengo derecho a expresar libremente mi identidad personal y cultural y a defender pacíficamente dicha expresión cuando sea amenazada.
2. Puesto que la Vida es libertad y los demás son seres vivos, tengo la responsabilidad de aceptar y respetar la expresión de la identidad personal y cultural de los demás y a defenderla pacíficamente cuando sea amenazada.
* Promover un consumo responsable.
1. Puesto que soy un ser vivo que necesita recursos vitales para vivir dignamente, tengo derecho a disponer de aquello que necesito.
2. Puesto que los demás también son seres vivos que también necesitan recursos vitales para vivir dignamente y, dado que estos recursos son limitados, tengo la responsabilidad de consumir sólo lo que necesito y compartir con los demás los recursos limitados del planeta.
* Contribuir al desarrollo de la comunidad.
1. Puesto que soy un ser social que necesita vivir en comunidad, tengo derecho a que mis necesidades sean reconocidas y satisfechas por la comunidad.
2. Puesto que los demás son seres sociales que necesitan vivir en comunidad, tengo la responsabilidad de trabajar para que las necesidades de los demás sean reconocidas y satisfechas.
La ética basada en la compasión es el polo opuesto a la ética basada en el poder y la dominación, sea cual sea la forma que este poder y dominación adquiera.
La ética de la compasión se basa en un principio universal: ningún ser ama el sufrimiento. Por lo tanto, evitar que todos los seres (tanto yo como los demás, tanto humanos, como vegetales y animales) experimenten el sufrimiento es el principio universal sobre el que se asienta la ética de la compasión.
La ética del poder y la dominación se basa en la imposición casi siempre violenta de un determinado sistema de valores considerados "verdaderos y absolutos" a los demás, para beneficio de aquellos que ostentan el poder y sin consideración hacia el sufrimiento de aquellos que sufren esta imposición.
La ética del poder ha sido la que más frecuentemente ha dominado la historia de la humanidad y la que sigue dominando hoy día. Muchas instituciones religiosas, políticas y estatales, muchos grupos étnicos y muchos grandes consorcios económicos han recurrido siempre a la ética del poder y siguen haciéndolo hoy día.
No obstante, en un mundo cada vez más consciente de la interdependencia esencial que subyace en el tejido de la Vida, en una época histórica en la que el poder de las armas de destrucción masiva es escalofriante, la perpetuación de la ética del poder y la dominación es el mayor peligro al que se enfrenta la Humanidad.
La alternativa no puede ser otra que la expansión en los corazones de todos los seres humanos de la "ética de la sabiduría" y de este interface ético al que llamo "ética de la compasión". Siento que, obligados por el puro instinto de superviviencia, este es el imperativo histórico al que debemos responder en este siglo XXI que comienza.
despojate del futuro
¿Cómo podemos sacarle el máximo provecho a nuestra vida? Para un budista tibetano, la respuesta a esta pregunta siempre comienza contemplando nuestra enorme suerte por tener una existencia humana. Una imagen tradicional dice: “Tiene mayor probabilidad una tortuga de mar ciega de pasar su cabeza por el agujero de un yugo arrojado al océano, que nosotros de adquirir un cuerpo humano”. Entendiendo que la vida humana es un regalo precioso que debemos apreciar, un budista tradicional suele comenzar el día recitando un texto o una frase para invocar la apreciación del cuerpo, de la mente y de los sentidos, los medios de que disponemos para aprovechar al máximo nuestra vida.
Cinco verdades o enseñanzas dharma nos proveen la estructura que orienta hacia una vida plena de sentido. Estas verdades siempre son válidas, independientemente del tiempo y del espacio. En su simplicidad, cualquiera, joven o viejo, puede entenderlas. Estas cinco verdades centrales –apreciación, impermanencia, karma, inutilidad del sufrimiento innecesario y libertad– son el corazón de la práctica budista cotidiana.
Si no logramos integrar estas verdades de vida a las experiencias del día a día, sentimos una suerte de vacío. Algo indefinible nos está faltando. Nuestras metas permanecen inalcanzables, nos sentimos incomprendidos. Las frustraciones, las emociones, las lágrimas, las resistencias internas y la esperanza infundada de que algún día todo esto mejorará espontáneamente, todo ello es indicio de la falta de conocimiento.
Encarnando estas cinco verdades a través de la meditación y la ejercitación, podremos acceder a la profundidad que tanto anhelamos. Nuestra vida adquirirá dimensión espiritual. A medida que estas verdades formen parte de lo que pensamos, decimos y hacemos, viviremos más armoniosamente con las cosas como son, sin arrepentimiento ni tiempo malgastado. Si estas verdades están presentes en nuestra mente, estaremos preparados para cuando la muerte nos alcance. Ellas forman un marco referencial en el que la mente se despliega hacia su intrínseca perfección. En las páginas siguientes expondré mis propias reflexiones acerca de su importancia, y para ello me basaré en mis estudios y en mi experiencia a través de estos años, cuando me propuse comprender el significado de estas enseñanzas básicas, pero profundas.
Apreciación
El camino espiritual comienza al darnos cuenta de que nuestra vida y la de todos los seres sintientes tienen valor y merece respeto. Cada ser humano tiene cuerpo, mente y la energía vital para usarlos de manera provechosa. Se puede ser feliz y ser útil a los demás de muchas maneras diferentes. El poder apreciar estas oportunidades es la clave de una existencia plena de sentido.
Nuestro cerebro y los circuitos neuroquímicos prosperan en la apreciación. La investigación científica muestra que, así como la adquisición de nuevas destrezas estimula la producción de neuronas, generar sentimientos de apreciación también incrementa la cantidad de neuronas en el cerebro. La gratitud y la apreciación fortalecen el sistema inmunológico, además de otros sistemas en el organismo. Mejora la circulación y hace que la mirada adquiera brillo. Según las enseñanzas budistas, esta vivacidad y vitalidad son nuestro patrimonio.
Como toda actitud mental, de-sarrollar la apreciación es cuestión de costumbre. Cuando estamos entrampados en pautas negativas, parece que no hay nada que apreciar: toda nuestra energía parece centrarse en los problemas. El negativismo tiene su propia lógica apremiante. Sin embargo, aun cuando no nos sintamos particularmente agradecidos, podemos aprender a despertarnos a los aspectos positivos de cualquier experiencia del momento.
Así como adquirimos pautas negativas por la repetición constante de pensamientos y sentimientos negativos, podemos desarrollar la apreciación cultivando pensamientos y sentimientos de gratitud. Todo sentimiento de apreciación, hasta el más pequeño, estimula nuestra energía y nuestro entusiasmo, y nos impulsa a avanzar. Pronto la mente se acostumbra a la energía vital de los sentimientos y los pensamientos positivos, se pone en marcha una transformación interior y nuestra inteligencia y energía asumen nuevas formas.
Podemos comenzar apreciando todo lo que aprendimos y realizamos hasta este momento. Luego, podemos apreciar las posibilidades latentes en nuestras circunstancias actuales. ¿Cuánta más sabiduría y amor somos capaces de vivenciar antes de morir? En momentos de crisis, la apreciación puede ser un potente remedio. Podemos preguntarnos: “A pesar de todos mis problemas, ¿qué hay de bueno detrás de esta situación y en mi vida?”; “¿De qué cosas estoy seguro entre tanto cambio e incertidumbre?”. Plantearse estas preguntas genera apreciación.
Buscamos soluciones al preguntarnos cosas del tipo: “¿Cómo puedo mejorar esta situación?” y escuchando la respuesta. La gratitud por la orientación que recibimos nos ayuda a entender que ninguna condición es definitiva, ningún sufrimiento es desesperanzado. Cada situación nos brinda la oportunidad de abrirnos a un conocimiento más amplio. Al profundizar la apreciación, nacen el amor y la sabiduría.
Impermanencia
Entender la impermanencia enciende nuestra pasión por explorar aun más nuestro potencial. Se considera que el hombre vive en promedio unas cuatro mil semanas. Es como si viviéramos un tiempo prestado y un reloj de arena invisible midiera los días dejando caer los granitos. ¿Cuántos días nos quedan? Cada vez nos queda menos tiempo. Estamos seguros de que vamos a morir; lo que no sabemos es cuándo ni cómo. Nuestra respiración nos une a la vida. Un día, después de haber inhalado varias veces, exhalaremos por última vez y ése será el fin de esta vida. Toda vida tiene un plazo. Todo momento –sobre todo éste– cuenta.
La impermanencia quizá sea la principal característica de la existencia humana. En nuestra vida diaria, los buenos y los malos momentos vienen y van. Los niños crecen y los adultos envejecen. La vida se perpetúa en infinitos ciclos. Todo tiene un comienzo, un centro y un final, cada comienzo contiene su propio fin y cada fin encierra la promesa de un nuevo comienzo. Nada permanece tal como es ahora: el presente no vuelve. Parte del arte de vivir es poder comenzar bien cada momento, centrar la atención, soltarse gentilmente y, luego, despedirse dándole a cada instante sus propias cualidades.
Un día que no concluyó adecuadamente proyectará los elementos no procesados al día siguiente. Quizá sea algo que descuidamos o pasamos por alto, o un sentimiento que no hemos podido sentir; cualquiera sea su forma, los elementos del día no resueltos nos acompañan como un equipaje molesto. La frustración de hoy obedece a causas que ocurrieron en el pasado; si tampoco cuestionamos nuestro desengaño, éste se convierte en otro resto de experiencia antigua que va apilándose como basura en una esquina.
Si experimentamos la transición de un día al otro con conciencia, podemos ingresar en el futuro con una mente más liviana y abierta. Al finalizar el día o una fase, podemos pasar revista a todo: recuerdos intensos, logros, arrepentimiento y remordimiento. Aceptamos lo ocurrido y, luego, lo dejamos ir. Así, la transición al día siguiente es más fácil. Ya no cargamos con el peso de relaciones tirantes o penosos recuerdos de nuestras acciones desconsideradas. Nada pesa sobre nuestra conciencia; los pensamientos culposos o la pena de sí no nos consumen. Hasta la muerte se convierte en algo para celebrar, como un nacimiento, una vida valiosa que concluye y el comienzo de algo nuevo.
Impermanencia no es un simple concepto, sino una experiencia vital. Con la práctica, mente y corazón se familiarizan con la impermanencia, y nos movemos con el cambio en lugar de resistirlo. Hay un método para ser conscientes del paso del tiempo: se trata de focalizar la conciencia en el ciclo de la respiración, centrándonos en cada inspiración y exhalación de manera neutra. A medida que nos acoplamos al ritmo de la respiración, la cualidad siempre cambiante del tiempo se vuelve inseparable de la conciencia. La apreciación por el flujo constante del tiempo pasa a ser algo natural en nuestra vida cotidiana. Consustanciados con el flujo, nos sentimos cómodos con el cambio. La impermanencia ya no es más un obstáculo o una amenaza, sino la puerta hacia el cambio positivo.
Karma
En el budismo, la conexión causa-efecto se conoce como ley del karma. Todo lo que pensamos, decimos y hacemos –o dejamos de hacer– tiene sus consecuencias. Hasta el pensamiento más fugaz, la palabra más simple, el más pequeño gesto, todo tiene sus efectos. Nuestra conducta anterior nos ha conducido a las actuales circunstancias. La tensión corporal expresa la verdad del karma, así como nuestro cuerpo guarda el registro de nuestro pasado. Si nos falta alguna cualidad en nuestra vida es porque no la introdujimos previamente; sin una causa en particular no podemos esperar el resultado correspondiente. De la misma manera, nuestras acciones en el presente determinan nuestra felicidad futura. Aunque quisiera intentarlo, nadie puede arreglarnos la vida. La gracia no nos llega de afuera, sino de nuestro interior.
Es fácil confundir karma con destino. Y decimos “Oh, ése es mi karma”, mientras suspiramos con resignación. Esta respuesta tiende a eximirnos de nuestra responsabilidad, como si dijéramos “en realidad no es mi culpa”. La raíz de la palabra karma es “kr”, que significa “hacer”, “realizar” o “llevar a cabo”. Karma se refiere a acción o motivación, y también a resultado. Si la motivación de los pensamientos es impura, será imposible lograr un resultado plenamente positivo. Una intención negativa socava el valor del ser humano y causa sufrimiento innecesario a todos; no puede producir un resultado constructivo. Sólo una actitud positiva puede, eventualmente, generar un resultado positivo.
Dado que nuestra conducta tiende a ser una mezcla de intenciones positivas y negativas, puede resultar difícil distinguir los efectos de nuestros actos. Sin embargo, si aprendemos a seguir nuestras motivaciones en sus desvíos y logramos enderezarlas una y otra vez, con el tiempo obtendremos los resultados deseados. Los actos madurarán según cómo fueron realizados. Sus resultados revelan nuestra intención. Si las cualidades del cuidado y la atención focalizada son parte de un proyecto, seguramente se manifestarán en los resultados. Nuestro buen karma se multiplicará geométricamente en la medida en que otros se beneficien de nuestra obra y que los resultados perduren. Karma positivo significa sabiduría en acción.
Sufrimiento innecesario
En un sentido la mente es neutral, tan capaz de producir felicidad como dolor. No tiene preferencias por una expresión alegre sobre una enojada, o viceversa. No obstante, es cierto que la manera en que funciona la mente –a gran escala o limitada– determina nuestra forma de vida. Si la mente genera felicidad, nuestra experiencia será positiva; si, en cambio, funciona para generar sufrimiento, nuestra experiencia será negativa. Dado que la naturaleza de la mente es neutral, es posible reducir las causas del sufrimiento y fortalecer las de la felicidad.
Un trozo de tela mojado en aceite se empapará de aceite; de la misma manera, los seres humanos asumen las características del ambiente que los rodea. Algunos aprenden desde niños a desconfiar de sus propios sentimientos y pensamientos, lo cual desemboca en alienación respecto de sí mismos y de los demás. Una vez consolidada semejante pauta de desconfianza de sí mismo, ésta tiende a moldear todas las experiencias siguientes. A cualquier edad podemos buscar validación adhiriendo a las normas y valores de otras personas, tomando las expectativas del mundo que nos rodea como la vara que usaremos para medirnos. Al no reconocer nuestro propio valor, somos incapaces de reconocer y apreciar cualidades especiales en los demás.
Los atletas luchan para sobreponerse a pautas personales que socavan su performance proponiéndose aprender de los obstáculos y aprovechar al máximo su talento. También nosotros podemos proponernos abordar los obstáculos en nuestro camino como maestros, es decir, en tanto oportunidades para fortalecer nuestros recursos mentales y de energía. Seremos más sabios reconociendo nuestros errores y aprendiendo de ellos. Nuestras frustraciones, el desamparo y la resistencia a la vida pueden convertirse en importantes fuentes de conocimiento. Observando lo que se esconde detrás de estas experiencias, podemos aprender a descifrar sus mensajes ocultos. Entonces, los contratiempos ya no lograrán desviarnos de nuestro camino porque sabemos que son una fuente invalorable de autocomprensión.
El sufrimiento ocurre en el cuerpo y en la mente, por lo tanto debemos buscar las soluciones en ambas instancias. A través de la pena y el dolor, la vida nos informa de aspectos de nuestro ser que permanecen poco desarrollados. Aunque no siempre podamos descifrar el mensaje o seamos inconscientes de gran parte del conocimiento que yace velado en nuestro interior, aun así podemos reunir la confianza necesaria para profundizar, recordando que somos responsables de nuestras propias desilusiones. En lugar de buscar un culpable afuera, podemos optar por el camino más sensato, el de examinar las causas de nuestro sufrimiento y la dinámica que lo sostiene. Una base sólida de autoconocimiento puede reemplazar gradualmente la base inestable del yo que sufre sin saber por qué. Porque nos ayuda a descubrir las condiciones que conducen a la felicidad, el sufrimiento nos muestra el camino a la libertad.
Libertad
El budismo tibetano sugiere que existen cuatro puertas que conducen a la libertad. La primera puerta tiene un cartel que dice: “Olvida el pasado”. No te aferres a aquello que te ocurrió anteriormente porque podrías perderte todo lo que la vida tiene para ofrecerte. Considera el pasado como una ciudad que has dejado atrás y atraviesa la primera puerta sin arrepentimiento. El cartel en la segunda puerta dice: “Participa en todo lo que ocurre en este momento, no te retengas”. La llave que encaja en la cerradura de esta puerta es la participación plena. Cada vez que te entregues con el alma y el corazón se abrirá la segunda puerta. Cuando no estés obsesionado con el pasado y te halles totalmente inmerso en el presente –en tu trabajo y en tu amor por la vida y por otros seres– naturalmente llegas a la tercera puerta, cuyo cartel dice: “Abandona todo sentido del yo”. En lugar de detenerte en preocupaciones egoístas centrándote en todo lo bueno que pueden procurarte tus actos –como lograr fama y fortuna–, te centras en ser y en hacer con pasión: en experiencia y vida desligada del yo. Ahora, de la manera menos pensada, te hallas frente a la cuarta y última puerta: “Despójate de toda idea de futuro”. Cuando tu mente deje de divagar por el futuro, por aquello que serás o harás más adelante, te quedarás con el ahora, y la última puerta se abrirá de par en par. Sin pasado, totalmente comprometido, liberado del yo y sin expectativas, serás libre.
Nos han condicionado a creer que los seres humanos se encuentran imposibilitados de cambiar sustancialmente. Es el conocido “Yo soy así”. Si bien a veces nos sentimos contentos, libres y seguros de nosotros mismos, no tenemos control sobre esos estados de ánimo y no podemos sostenerlos. A la larga nos sentimos frustrados al comprobar nuestra impotencia y nuestra incapacidad para manejar nuestra vida. Si no trabajamos con esa frustración, podremos terminar en un camino sin salida, confiando nuestra sed de libertad interior a un diario íntimo, o encerrándola en algún rincón privado de nuestra mente.
Hay otra manera. Cuando logramos prestar atención a nuestras emociones negativas sin la compulsión de actuarlas, la conciencia se expande y descubrimos que somos libres de elegir la cualidad de nuestras actitudes y respuestas. La conducta compulsiva cede, y los pensamientos constructivos y los actos positivos surgen con mayor facilidad y naturalidad. Ya dejamos de correr detrás de aquello que nos hace felices o de evitar lo que nos ofende. Erigimos nuestro hogar en el espacio y en el poder de la mente abierta, antes que en los límites del yo mismo. La vida es lo que hacemos de ella, y el tiempo nos ofrece oportunidades de cambiar y crecer.
La reflexión sobre estas cinco verdades –apreciación, impermanencia, karma, sufrimiento innecesario y libertad– puede encender una transformación interior que ponga fin a la punzada de la impotencia. Nos damos cuenta de que no saber cómo darles un giro positivo a nuestras emociones también es conocimiento. Sabemos que no sabemos, todavía no tenemos el conocimiento que necesitamos. Pero las respuestas no se producen a través del intelecto. Las enseñanzas budistas ofrecen el insight así como también un camino de acción para fortalecer nuestra capacidad de conocer. A nosotros nos corresponde elegirlo, y esta libertad de elección es la libertad de ser.
En el budismo, todos somos estudiantes de por vida. El proceso de desarrollar la conciencia es como tallar un diamante: la paciencia y la pericia harán aparecer las cualidades más exquisitas de la piedra. El proceso de despertar la conciencia tiene múltiples facetas, que cobran sentido y belleza con tiempo y trabajo. A medida que empezamos a entender y encarnar las cinco verdades, esperanza y temor se convierten en certeza y confianza.
Los textos clásicos del budismo se refieren a este viaje como el Camino de los Héroes. El sobreponerse a las pautas personales y culturales requiere coraje heroico y resolución. Como reza un antiguo dicho tibetano, “deberá crecer un hueso en nuestro corazón”.
* Fragmento de Vivir sin arrepentimiento. La experiencia humana a la luz del budismo tibetano
Cinco verdades o enseñanzas dharma nos proveen la estructura que orienta hacia una vida plena de sentido. Estas verdades siempre son válidas, independientemente del tiempo y del espacio. En su simplicidad, cualquiera, joven o viejo, puede entenderlas. Estas cinco verdades centrales –apreciación, impermanencia, karma, inutilidad del sufrimiento innecesario y libertad– son el corazón de la práctica budista cotidiana.
Si no logramos integrar estas verdades de vida a las experiencias del día a día, sentimos una suerte de vacío. Algo indefinible nos está faltando. Nuestras metas permanecen inalcanzables, nos sentimos incomprendidos. Las frustraciones, las emociones, las lágrimas, las resistencias internas y la esperanza infundada de que algún día todo esto mejorará espontáneamente, todo ello es indicio de la falta de conocimiento.
Encarnando estas cinco verdades a través de la meditación y la ejercitación, podremos acceder a la profundidad que tanto anhelamos. Nuestra vida adquirirá dimensión espiritual. A medida que estas verdades formen parte de lo que pensamos, decimos y hacemos, viviremos más armoniosamente con las cosas como son, sin arrepentimiento ni tiempo malgastado. Si estas verdades están presentes en nuestra mente, estaremos preparados para cuando la muerte nos alcance. Ellas forman un marco referencial en el que la mente se despliega hacia su intrínseca perfección. En las páginas siguientes expondré mis propias reflexiones acerca de su importancia, y para ello me basaré en mis estudios y en mi experiencia a través de estos años, cuando me propuse comprender el significado de estas enseñanzas básicas, pero profundas.
Apreciación
El camino espiritual comienza al darnos cuenta de que nuestra vida y la de todos los seres sintientes tienen valor y merece respeto. Cada ser humano tiene cuerpo, mente y la energía vital para usarlos de manera provechosa. Se puede ser feliz y ser útil a los demás de muchas maneras diferentes. El poder apreciar estas oportunidades es la clave de una existencia plena de sentido.
Nuestro cerebro y los circuitos neuroquímicos prosperan en la apreciación. La investigación científica muestra que, así como la adquisición de nuevas destrezas estimula la producción de neuronas, generar sentimientos de apreciación también incrementa la cantidad de neuronas en el cerebro. La gratitud y la apreciación fortalecen el sistema inmunológico, además de otros sistemas en el organismo. Mejora la circulación y hace que la mirada adquiera brillo. Según las enseñanzas budistas, esta vivacidad y vitalidad son nuestro patrimonio.
Como toda actitud mental, de-sarrollar la apreciación es cuestión de costumbre. Cuando estamos entrampados en pautas negativas, parece que no hay nada que apreciar: toda nuestra energía parece centrarse en los problemas. El negativismo tiene su propia lógica apremiante. Sin embargo, aun cuando no nos sintamos particularmente agradecidos, podemos aprender a despertarnos a los aspectos positivos de cualquier experiencia del momento.
Así como adquirimos pautas negativas por la repetición constante de pensamientos y sentimientos negativos, podemos desarrollar la apreciación cultivando pensamientos y sentimientos de gratitud. Todo sentimiento de apreciación, hasta el más pequeño, estimula nuestra energía y nuestro entusiasmo, y nos impulsa a avanzar. Pronto la mente se acostumbra a la energía vital de los sentimientos y los pensamientos positivos, se pone en marcha una transformación interior y nuestra inteligencia y energía asumen nuevas formas.
Podemos comenzar apreciando todo lo que aprendimos y realizamos hasta este momento. Luego, podemos apreciar las posibilidades latentes en nuestras circunstancias actuales. ¿Cuánta más sabiduría y amor somos capaces de vivenciar antes de morir? En momentos de crisis, la apreciación puede ser un potente remedio. Podemos preguntarnos: “A pesar de todos mis problemas, ¿qué hay de bueno detrás de esta situación y en mi vida?”; “¿De qué cosas estoy seguro entre tanto cambio e incertidumbre?”. Plantearse estas preguntas genera apreciación.
Buscamos soluciones al preguntarnos cosas del tipo: “¿Cómo puedo mejorar esta situación?” y escuchando la respuesta. La gratitud por la orientación que recibimos nos ayuda a entender que ninguna condición es definitiva, ningún sufrimiento es desesperanzado. Cada situación nos brinda la oportunidad de abrirnos a un conocimiento más amplio. Al profundizar la apreciación, nacen el amor y la sabiduría.
Impermanencia
Entender la impermanencia enciende nuestra pasión por explorar aun más nuestro potencial. Se considera que el hombre vive en promedio unas cuatro mil semanas. Es como si viviéramos un tiempo prestado y un reloj de arena invisible midiera los días dejando caer los granitos. ¿Cuántos días nos quedan? Cada vez nos queda menos tiempo. Estamos seguros de que vamos a morir; lo que no sabemos es cuándo ni cómo. Nuestra respiración nos une a la vida. Un día, después de haber inhalado varias veces, exhalaremos por última vez y ése será el fin de esta vida. Toda vida tiene un plazo. Todo momento –sobre todo éste– cuenta.
La impermanencia quizá sea la principal característica de la existencia humana. En nuestra vida diaria, los buenos y los malos momentos vienen y van. Los niños crecen y los adultos envejecen. La vida se perpetúa en infinitos ciclos. Todo tiene un comienzo, un centro y un final, cada comienzo contiene su propio fin y cada fin encierra la promesa de un nuevo comienzo. Nada permanece tal como es ahora: el presente no vuelve. Parte del arte de vivir es poder comenzar bien cada momento, centrar la atención, soltarse gentilmente y, luego, despedirse dándole a cada instante sus propias cualidades.
Un día que no concluyó adecuadamente proyectará los elementos no procesados al día siguiente. Quizá sea algo que descuidamos o pasamos por alto, o un sentimiento que no hemos podido sentir; cualquiera sea su forma, los elementos del día no resueltos nos acompañan como un equipaje molesto. La frustración de hoy obedece a causas que ocurrieron en el pasado; si tampoco cuestionamos nuestro desengaño, éste se convierte en otro resto de experiencia antigua que va apilándose como basura en una esquina.
Si experimentamos la transición de un día al otro con conciencia, podemos ingresar en el futuro con una mente más liviana y abierta. Al finalizar el día o una fase, podemos pasar revista a todo: recuerdos intensos, logros, arrepentimiento y remordimiento. Aceptamos lo ocurrido y, luego, lo dejamos ir. Así, la transición al día siguiente es más fácil. Ya no cargamos con el peso de relaciones tirantes o penosos recuerdos de nuestras acciones desconsideradas. Nada pesa sobre nuestra conciencia; los pensamientos culposos o la pena de sí no nos consumen. Hasta la muerte se convierte en algo para celebrar, como un nacimiento, una vida valiosa que concluye y el comienzo de algo nuevo.
Impermanencia no es un simple concepto, sino una experiencia vital. Con la práctica, mente y corazón se familiarizan con la impermanencia, y nos movemos con el cambio en lugar de resistirlo. Hay un método para ser conscientes del paso del tiempo: se trata de focalizar la conciencia en el ciclo de la respiración, centrándonos en cada inspiración y exhalación de manera neutra. A medida que nos acoplamos al ritmo de la respiración, la cualidad siempre cambiante del tiempo se vuelve inseparable de la conciencia. La apreciación por el flujo constante del tiempo pasa a ser algo natural en nuestra vida cotidiana. Consustanciados con el flujo, nos sentimos cómodos con el cambio. La impermanencia ya no es más un obstáculo o una amenaza, sino la puerta hacia el cambio positivo.
Karma
En el budismo, la conexión causa-efecto se conoce como ley del karma. Todo lo que pensamos, decimos y hacemos –o dejamos de hacer– tiene sus consecuencias. Hasta el pensamiento más fugaz, la palabra más simple, el más pequeño gesto, todo tiene sus efectos. Nuestra conducta anterior nos ha conducido a las actuales circunstancias. La tensión corporal expresa la verdad del karma, así como nuestro cuerpo guarda el registro de nuestro pasado. Si nos falta alguna cualidad en nuestra vida es porque no la introdujimos previamente; sin una causa en particular no podemos esperar el resultado correspondiente. De la misma manera, nuestras acciones en el presente determinan nuestra felicidad futura. Aunque quisiera intentarlo, nadie puede arreglarnos la vida. La gracia no nos llega de afuera, sino de nuestro interior.
Es fácil confundir karma con destino. Y decimos “Oh, ése es mi karma”, mientras suspiramos con resignación. Esta respuesta tiende a eximirnos de nuestra responsabilidad, como si dijéramos “en realidad no es mi culpa”. La raíz de la palabra karma es “kr”, que significa “hacer”, “realizar” o “llevar a cabo”. Karma se refiere a acción o motivación, y también a resultado. Si la motivación de los pensamientos es impura, será imposible lograr un resultado plenamente positivo. Una intención negativa socava el valor del ser humano y causa sufrimiento innecesario a todos; no puede producir un resultado constructivo. Sólo una actitud positiva puede, eventualmente, generar un resultado positivo.
Dado que nuestra conducta tiende a ser una mezcla de intenciones positivas y negativas, puede resultar difícil distinguir los efectos de nuestros actos. Sin embargo, si aprendemos a seguir nuestras motivaciones en sus desvíos y logramos enderezarlas una y otra vez, con el tiempo obtendremos los resultados deseados. Los actos madurarán según cómo fueron realizados. Sus resultados revelan nuestra intención. Si las cualidades del cuidado y la atención focalizada son parte de un proyecto, seguramente se manifestarán en los resultados. Nuestro buen karma se multiplicará geométricamente en la medida en que otros se beneficien de nuestra obra y que los resultados perduren. Karma positivo significa sabiduría en acción.
Sufrimiento innecesario
En un sentido la mente es neutral, tan capaz de producir felicidad como dolor. No tiene preferencias por una expresión alegre sobre una enojada, o viceversa. No obstante, es cierto que la manera en que funciona la mente –a gran escala o limitada– determina nuestra forma de vida. Si la mente genera felicidad, nuestra experiencia será positiva; si, en cambio, funciona para generar sufrimiento, nuestra experiencia será negativa. Dado que la naturaleza de la mente es neutral, es posible reducir las causas del sufrimiento y fortalecer las de la felicidad.
Un trozo de tela mojado en aceite se empapará de aceite; de la misma manera, los seres humanos asumen las características del ambiente que los rodea. Algunos aprenden desde niños a desconfiar de sus propios sentimientos y pensamientos, lo cual desemboca en alienación respecto de sí mismos y de los demás. Una vez consolidada semejante pauta de desconfianza de sí mismo, ésta tiende a moldear todas las experiencias siguientes. A cualquier edad podemos buscar validación adhiriendo a las normas y valores de otras personas, tomando las expectativas del mundo que nos rodea como la vara que usaremos para medirnos. Al no reconocer nuestro propio valor, somos incapaces de reconocer y apreciar cualidades especiales en los demás.
Los atletas luchan para sobreponerse a pautas personales que socavan su performance proponiéndose aprender de los obstáculos y aprovechar al máximo su talento. También nosotros podemos proponernos abordar los obstáculos en nuestro camino como maestros, es decir, en tanto oportunidades para fortalecer nuestros recursos mentales y de energía. Seremos más sabios reconociendo nuestros errores y aprendiendo de ellos. Nuestras frustraciones, el desamparo y la resistencia a la vida pueden convertirse en importantes fuentes de conocimiento. Observando lo que se esconde detrás de estas experiencias, podemos aprender a descifrar sus mensajes ocultos. Entonces, los contratiempos ya no lograrán desviarnos de nuestro camino porque sabemos que son una fuente invalorable de autocomprensión.
El sufrimiento ocurre en el cuerpo y en la mente, por lo tanto debemos buscar las soluciones en ambas instancias. A través de la pena y el dolor, la vida nos informa de aspectos de nuestro ser que permanecen poco desarrollados. Aunque no siempre podamos descifrar el mensaje o seamos inconscientes de gran parte del conocimiento que yace velado en nuestro interior, aun así podemos reunir la confianza necesaria para profundizar, recordando que somos responsables de nuestras propias desilusiones. En lugar de buscar un culpable afuera, podemos optar por el camino más sensato, el de examinar las causas de nuestro sufrimiento y la dinámica que lo sostiene. Una base sólida de autoconocimiento puede reemplazar gradualmente la base inestable del yo que sufre sin saber por qué. Porque nos ayuda a descubrir las condiciones que conducen a la felicidad, el sufrimiento nos muestra el camino a la libertad.
Libertad
El budismo tibetano sugiere que existen cuatro puertas que conducen a la libertad. La primera puerta tiene un cartel que dice: “Olvida el pasado”. No te aferres a aquello que te ocurrió anteriormente porque podrías perderte todo lo que la vida tiene para ofrecerte. Considera el pasado como una ciudad que has dejado atrás y atraviesa la primera puerta sin arrepentimiento. El cartel en la segunda puerta dice: “Participa en todo lo que ocurre en este momento, no te retengas”. La llave que encaja en la cerradura de esta puerta es la participación plena. Cada vez que te entregues con el alma y el corazón se abrirá la segunda puerta. Cuando no estés obsesionado con el pasado y te halles totalmente inmerso en el presente –en tu trabajo y en tu amor por la vida y por otros seres– naturalmente llegas a la tercera puerta, cuyo cartel dice: “Abandona todo sentido del yo”. En lugar de detenerte en preocupaciones egoístas centrándote en todo lo bueno que pueden procurarte tus actos –como lograr fama y fortuna–, te centras en ser y en hacer con pasión: en experiencia y vida desligada del yo. Ahora, de la manera menos pensada, te hallas frente a la cuarta y última puerta: “Despójate de toda idea de futuro”. Cuando tu mente deje de divagar por el futuro, por aquello que serás o harás más adelante, te quedarás con el ahora, y la última puerta se abrirá de par en par. Sin pasado, totalmente comprometido, liberado del yo y sin expectativas, serás libre.
Nos han condicionado a creer que los seres humanos se encuentran imposibilitados de cambiar sustancialmente. Es el conocido “Yo soy así”. Si bien a veces nos sentimos contentos, libres y seguros de nosotros mismos, no tenemos control sobre esos estados de ánimo y no podemos sostenerlos. A la larga nos sentimos frustrados al comprobar nuestra impotencia y nuestra incapacidad para manejar nuestra vida. Si no trabajamos con esa frustración, podremos terminar en un camino sin salida, confiando nuestra sed de libertad interior a un diario íntimo, o encerrándola en algún rincón privado de nuestra mente.
Hay otra manera. Cuando logramos prestar atención a nuestras emociones negativas sin la compulsión de actuarlas, la conciencia se expande y descubrimos que somos libres de elegir la cualidad de nuestras actitudes y respuestas. La conducta compulsiva cede, y los pensamientos constructivos y los actos positivos surgen con mayor facilidad y naturalidad. Ya dejamos de correr detrás de aquello que nos hace felices o de evitar lo que nos ofende. Erigimos nuestro hogar en el espacio y en el poder de la mente abierta, antes que en los límites del yo mismo. La vida es lo que hacemos de ella, y el tiempo nos ofrece oportunidades de cambiar y crecer.
La reflexión sobre estas cinco verdades –apreciación, impermanencia, karma, sufrimiento innecesario y libertad– puede encender una transformación interior que ponga fin a la punzada de la impotencia. Nos damos cuenta de que no saber cómo darles un giro positivo a nuestras emociones también es conocimiento. Sabemos que no sabemos, todavía no tenemos el conocimiento que necesitamos. Pero las respuestas no se producen a través del intelecto. Las enseñanzas budistas ofrecen el insight así como también un camino de acción para fortalecer nuestra capacidad de conocer. A nosotros nos corresponde elegirlo, y esta libertad de elección es la libertad de ser.
En el budismo, todos somos estudiantes de por vida. El proceso de desarrollar la conciencia es como tallar un diamante: la paciencia y la pericia harán aparecer las cualidades más exquisitas de la piedra. El proceso de despertar la conciencia tiene múltiples facetas, que cobran sentido y belleza con tiempo y trabajo. A medida que empezamos a entender y encarnar las cinco verdades, esperanza y temor se convierten en certeza y confianza.
Los textos clásicos del budismo se refieren a este viaje como el Camino de los Héroes. El sobreponerse a las pautas personales y culturales requiere coraje heroico y resolución. Como reza un antiguo dicho tibetano, “deberá crecer un hueso en nuestro corazón”.
* Fragmento de Vivir sin arrepentimiento. La experiencia humana a la luz del budismo tibetano
Falso amor. Amor vs Apego.
No hace falta ser psicólogo para distinguir los amores verdaderos de los falsos. Con un poquito de intuición ya se aprecia. Lo vemos en nuestros congéneres. Pero el gran inconveniente es que lo vemos con diáfana claridad en las otras parejas, pero no en la nuestra. A veces nos empeñamos en que sobreviva un falso amor y luchamos por él hasta la extinción de nuestras energías, convencidos de que vale la pena.
Pero eso de que vale la pena solo es lo que creemos, una idea que creamos y creemos. Lo que es verdadero se desenvuelve solo, sin demasiado empeño, lo mismo que las mareas se sincronizan, las flores brotan sin esfuerzo y el agua se evapora. No parece que estén batallando en su desempeño. Estamos tan inmersos en falsos amores que no es de extrañar que la estadística de divorcios ya llegue a 1 por cada dos matrimonios. Si a esto le añadimos las separaciones y las incidencias de las parejas de hecho, se podrían plantear preguntas desde todos los ámbitos de estudio.
Por suerte o por desgracia, ya damos por hecho que los amores no duran y nadie se escandaliza al ver pasar novios/as sucesivos/as por casa del vecino. Las relaciones se suceden, intento tras intento, con el fin de hallar alguna que pueda funcionar, entendiendo como funcionamiento la cualidad de satisfacer por igual a las dos partes y además la capacidad de crecer en el tiempo. Una de las protagonistas de la serie “Sexo en Nueva York”, Charlotte, la que más cree en el amor de pareja, en algún episodio llega a decir: “Llevo saliendo desde los 15 años con hombres, tengo 35 años y aún no he encontrado uno bueno para mí”. Y no será porque se estén quietecitas en casa, la verdad es que pasan muchos hombres por sus vidas, por lo que no se trata meramente de una cuestión de estadística.
La pregunta es obvia, ¿esa adicción a ir besando sapos/as, tendrá que normalizarse como estilo de vida en nuestra sociedad? Parece como que hubiera que conformarse con una vida afectiva consistente en ir de relación en relación para asistir sin más cómo se van abortando los sucesivos intentos de amar. No debe de ser algo de usar y tirar hasta que aparezca algo bueno. Seguro que estamos haciendo algo mal. Y es que resulta que eso de amar tiene su qué. No es tan fácil como se cree. Es más, la mayoría de las parejas que se forman no saben amar. Eso es, por lo menos lo que dicen los maestros espirituales.
El apego no es amor.
Es muy fácil confundirse. Lo que entendemos por amor con frecuencia tiene más elementos de no-amor que de lo que compone el amor verdadero. Es sorprendente la paradoja: películas, canciones, culebrones, prensa del corazón y nuestro mismo entorno utilizan hasta el desgaste la palabra amor para denominar todo aquello que es incompatible con el amor. Por ejemplo, se cree que es amor proteger a la pareja, cuidar de sus intereses o supervisar sus deseos, cuando esto podría ser dominación. En el amor auténtico se da la tolerancia, la aceptación y falta de resistencia.
El apego es una falsa apariencia del amor y la gran responsable del fin de muchas historias románticas. Se trata de un concepto capital en la filosofía budista y puede estar asociado a cosas, situaciones o personas. Para el budismo, el apego constituye la causa más importante del sufrimiento humano. En el ámbito de la pareja, el apego es muy dañino porque el mismo ímpetu que aglutina es el responsable de provocar el mayor sufrimiento y el final de la relación. Es fácil dejarse engañar por el apego porque en muchos aspectos superficiales se asemeja al amor de verdad. El sentirse apegado a las personas, objetos o situaciones es parte del condicionamiento de todo ser humano hasta que este empieza a ser consciente de sus necesidades y temores. En el momento que se da cuenta de que lo que creía amor tenía que ver más con su necesidad es posible que esté preparado para pasar del apego al amor.
Pasar del apego al amor.
Estar completamente libre de apego es prácticamente imposible en una pareja. A lo largo de la vida hemos aprendido a tener miedos y hemos llegado a pensar que algo externo a nosotros nos llegaría a proporcionar una seguridad. Así, todos albergamos necesidades que creemos que el amor nos va a cubrir. Pero es importante saber que no existe ninguna sensación de seguridad perdurable si esta depende de factores externos, ya que nunca podremos controlar los cambios imprevisibles de la realidad.
Amar sin temor es algo que forma parte del crecimiento personal y de la certeza de que ya lo tenemos todo dentro de nosotros. Tenemos lo suficiente para ser felices.
El apego surge cuando nos identificamos con esa persona o situación y llegamos a convencernos de que la necesitamos para ser felices. El ego humano llega a planear cualquier cosa con tal de mantener a su objeto de apego dentro de su esfera de influencia y control. La adicción a una persona u objeto conduce a conductas de manipulación, abuso y hasta violencia. En su forma más leve, el apego se manifiesta como atadura, ya que trae consigo la idea de que el objeto de deseo nos aporta algo que no poseemos: felicidad, seguridad, el sentirse amado, cuidado, importante, validado… La pérdida del objeto produce dolor, rabia o depresión.
La diferencia primordial entre apego y amor es el factor libertad. El amor jamás restringe el libre albedrío del otro. Estar apegado crea la falsa creencia de que el amado refuerza nuestra identidad. Miedo y necesidad son las emociones que subyacen al apego. Miedo a estar en el presente, a enfrentar lo desconocido o a perder el objeto del amor.
Se dice que si una relación fuera una cámara, el amor haría que cada uno estuviera bien enfocado mientras que si hay apego, las partes se verían borrosas. Es un problema de excesiva proximidad.
Despiece
¿Mi amor es apego?
Para saber si estamos amando de forma apegada habría que hacerse las siguientes preguntas:
* "¿Existe alguna situación o persona de la cual me siento dependiente o estrechamente ligado?”
* “¿Necesito algo de esa persona o situación?”
* “¿Qué haría o sentiría si esta persona quisiera dejarme o si esta situación particular se terminara?”
* “¿Sería capaz de aceptar dejar ir a esa persona o que la situación finalizara? En el caso de la persona, ¿sería capaz de seguir sintiendo amor por la persona que me ha dejado?”
Despiece
El falso amor. Apego.
* Creencia en que el compañero puede lograr que seamos felices.
* Pérdida de la propia identidad en el contexto del compañero. Este nos suministra identidad.
* Deseo de adueñarse del otro.
* Necesidad de control.
* Celos.
* Sentir urgencia y ansiedad si las cosas no son como queremos que sean.
* Reactividad y defensa ante cualquier expresión del otro que despierte temor.
* Utilización de la venganza, abuso y manipulación al sentir malestar o angustia.
* Ansia de halagos, confirmación del propio valor, sexo, y seguridad.
* Certeza de que el otro “nos hace felices o desgraciados”.
Despiece
Transformar el apego en amor.
Observarnos a nosotros mismos para darnos cuenta de las ataduras que nos unen a la pareja. La clave para darnos cuenta de eso es la presencia de dolor. Por ejemplo podemos observar cómo reaccionamos, si tenemos expectativas demasiado altas, si ya no tratamos a nuestra pareja como a un amigo respetado. Podemos percibir nuestras motivaciones para decir lo que decimos y advertir si es el miedo el que nos impulsa.
Intentar aprender a soltar la ligazón. A veces esto puede producir soledad y tristeza dentro de la relación. Implica sentir el dolor de modo individual, sin adjudicar la culpa al otro ni hacerlo responsable de nuestra pena. Volverse hacia el interior para calmarnos e identificar nuestro sentir (ser conscientes). No exigirle al otro que remedie nuestro malestar. Lo mismo se aplica para el otro, habría que dejarlo que sienta su rabia y su dolor sin intentar salvarlo por no sentirnos mal.
No reaccionar. Esto se lleva a cabo ignorando las voces de nuestra mente que nos taladran alimentando el miedo y lo que percibimos como amenazas.
Responsabilizarnos de nuestras decisiones en lugar de sentirnos víctimas. Sentirnos dueños de nuestra propia felicidad. Sentirnos menos “importantes” al focalizar con humildad en nuestro interior en lugar de hacer al compañero objeto de atención y crítica constantes.
Saber estar presentes ante nosotros mismos, atentos a nuestra rabia, miedo, dolor, expectativas y exigencias. Con esto podemos llegar a sentirnos libres, vitales y espontáneos en nuestra relación apreciando al compañero sin imágenes, ilusiones y expectativas. Con esto las relaciones no serán fuente de sufrimiento.
Despiece
Los cuatro aspectos del amor según el budismo. (“El verdadero amor”.Thich Nhat Hanh, 2004)
* Bondad incondicional o benevolencia. Capacidad de dar alegría y felicidad a la persona que amas. Aprender a observar a quién amamos porque si no la comprendemos no la podremos amar. La comprensión es la esencia del amor. Dedicar tiempo a estar presente y atento y observar profundamente. A eso se le llama comprensión.
* Compasión. Deseo y capacidad de aliviar el sufrimiento de otra persona. Para conocer la naturaleza de su sufrimiento y ayudarla a cambiar, también hay que observarla profundamente. Para eso es necesaria la meditación. Meditar es observar a fondo la esencia de las cosas.
* Alegría. Si en el amor no hay alegría, no se trata de verdadero amor. Si estamos sufriendo y llorando todo el tiempo o si se hace llorar a la persona que amamos, eso significa que no se trata de un verdadero amor, incluso puede llegar a ser lo opuesto a él. Si en la relación de pareja no hay alegría, seguro que no es un verdadero amor.
* Ecuanimidad y libertad. El verdadero amor hace alcanzar la libertad. Cuando se ama de verdad se le da a l otro una absoluta libertad. Si no es así, no se trata de un verdadero amor. El otro debe sentirse libre, no solo por fuera, no también por dentro.
El amor como manifestación espiritual.
Deepak Chopra, médico indio radicado en California inspirado en la sabiduría de los textos védicos de la India, alienta a alimentar el amor en la espiritualidad para infundir a nuestras relaciones una mayor profundidad y significado. El aspecto espiritual del amor es el que sostiene las relaciones basadas en el verdadero amor y les permite expandirse y crecer (“El camino hacia el amor”, 1997).
En una sociedad laica como la nuestra, cuya idea de espiritualidad está unida a las religiones organizadas dominantes, el concepto de espiritualidad causa desconfianza. No obstante, es imposible entender lo que es el amor sin entender la espiritualidad en su sentido amplio. En palabras de Osho en su libro “Vida, amor y risa.”: “El estado
de amor más elevado no es, en absoluto, el de la relación afectiva. El amor es una característica del ser: de la misma forma que los árboles con verdes, el que es amoroso, ama. El árbol no se pone verde para ti. La flor continúa desprendiendo su fragancia tanto si alguien se le acerca como si no, tanto si alguien la aprecia como si no. El amor es una cualidad del ser.”
Aprender a amar es transformarse en un ser amoroso que transmite amor. El amor no es un bien escaso cuando se transforma en actitud. Tendríamos que sustituir el sustantivo por el verbo y pensar en el amor como acción. De este modo es imposible sentir soledad, ya que el amor hace posible estar unido íntimamente a todo lo que nos rodea, experimentar la verdadera felicidad, y atraer magnéticamente el amor de otros seres que aman de igual modo.
Pero eso de que vale la pena solo es lo que creemos, una idea que creamos y creemos. Lo que es verdadero se desenvuelve solo, sin demasiado empeño, lo mismo que las mareas se sincronizan, las flores brotan sin esfuerzo y el agua se evapora. No parece que estén batallando en su desempeño. Estamos tan inmersos en falsos amores que no es de extrañar que la estadística de divorcios ya llegue a 1 por cada dos matrimonios. Si a esto le añadimos las separaciones y las incidencias de las parejas de hecho, se podrían plantear preguntas desde todos los ámbitos de estudio.
Por suerte o por desgracia, ya damos por hecho que los amores no duran y nadie se escandaliza al ver pasar novios/as sucesivos/as por casa del vecino. Las relaciones se suceden, intento tras intento, con el fin de hallar alguna que pueda funcionar, entendiendo como funcionamiento la cualidad de satisfacer por igual a las dos partes y además la capacidad de crecer en el tiempo. Una de las protagonistas de la serie “Sexo en Nueva York”, Charlotte, la que más cree en el amor de pareja, en algún episodio llega a decir: “Llevo saliendo desde los 15 años con hombres, tengo 35 años y aún no he encontrado uno bueno para mí”. Y no será porque se estén quietecitas en casa, la verdad es que pasan muchos hombres por sus vidas, por lo que no se trata meramente de una cuestión de estadística.
La pregunta es obvia, ¿esa adicción a ir besando sapos/as, tendrá que normalizarse como estilo de vida en nuestra sociedad? Parece como que hubiera que conformarse con una vida afectiva consistente en ir de relación en relación para asistir sin más cómo se van abortando los sucesivos intentos de amar. No debe de ser algo de usar y tirar hasta que aparezca algo bueno. Seguro que estamos haciendo algo mal. Y es que resulta que eso de amar tiene su qué. No es tan fácil como se cree. Es más, la mayoría de las parejas que se forman no saben amar. Eso es, por lo menos lo que dicen los maestros espirituales.
El apego no es amor.
Es muy fácil confundirse. Lo que entendemos por amor con frecuencia tiene más elementos de no-amor que de lo que compone el amor verdadero. Es sorprendente la paradoja: películas, canciones, culebrones, prensa del corazón y nuestro mismo entorno utilizan hasta el desgaste la palabra amor para denominar todo aquello que es incompatible con el amor. Por ejemplo, se cree que es amor proteger a la pareja, cuidar de sus intereses o supervisar sus deseos, cuando esto podría ser dominación. En el amor auténtico se da la tolerancia, la aceptación y falta de resistencia.
El apego es una falsa apariencia del amor y la gran responsable del fin de muchas historias románticas. Se trata de un concepto capital en la filosofía budista y puede estar asociado a cosas, situaciones o personas. Para el budismo, el apego constituye la causa más importante del sufrimiento humano. En el ámbito de la pareja, el apego es muy dañino porque el mismo ímpetu que aglutina es el responsable de provocar el mayor sufrimiento y el final de la relación. Es fácil dejarse engañar por el apego porque en muchos aspectos superficiales se asemeja al amor de verdad. El sentirse apegado a las personas, objetos o situaciones es parte del condicionamiento de todo ser humano hasta que este empieza a ser consciente de sus necesidades y temores. En el momento que se da cuenta de que lo que creía amor tenía que ver más con su necesidad es posible que esté preparado para pasar del apego al amor.
Pasar del apego al amor.
Estar completamente libre de apego es prácticamente imposible en una pareja. A lo largo de la vida hemos aprendido a tener miedos y hemos llegado a pensar que algo externo a nosotros nos llegaría a proporcionar una seguridad. Así, todos albergamos necesidades que creemos que el amor nos va a cubrir. Pero es importante saber que no existe ninguna sensación de seguridad perdurable si esta depende de factores externos, ya que nunca podremos controlar los cambios imprevisibles de la realidad.
Amar sin temor es algo que forma parte del crecimiento personal y de la certeza de que ya lo tenemos todo dentro de nosotros. Tenemos lo suficiente para ser felices.
El apego surge cuando nos identificamos con esa persona o situación y llegamos a convencernos de que la necesitamos para ser felices. El ego humano llega a planear cualquier cosa con tal de mantener a su objeto de apego dentro de su esfera de influencia y control. La adicción a una persona u objeto conduce a conductas de manipulación, abuso y hasta violencia. En su forma más leve, el apego se manifiesta como atadura, ya que trae consigo la idea de que el objeto de deseo nos aporta algo que no poseemos: felicidad, seguridad, el sentirse amado, cuidado, importante, validado… La pérdida del objeto produce dolor, rabia o depresión.
La diferencia primordial entre apego y amor es el factor libertad. El amor jamás restringe el libre albedrío del otro. Estar apegado crea la falsa creencia de que el amado refuerza nuestra identidad. Miedo y necesidad son las emociones que subyacen al apego. Miedo a estar en el presente, a enfrentar lo desconocido o a perder el objeto del amor.
Se dice que si una relación fuera una cámara, el amor haría que cada uno estuviera bien enfocado mientras que si hay apego, las partes se verían borrosas. Es un problema de excesiva proximidad.
Despiece
¿Mi amor es apego?
Para saber si estamos amando de forma apegada habría que hacerse las siguientes preguntas:
* "¿Existe alguna situación o persona de la cual me siento dependiente o estrechamente ligado?”
* “¿Necesito algo de esa persona o situación?”
* “¿Qué haría o sentiría si esta persona quisiera dejarme o si esta situación particular se terminara?”
* “¿Sería capaz de aceptar dejar ir a esa persona o que la situación finalizara? En el caso de la persona, ¿sería capaz de seguir sintiendo amor por la persona que me ha dejado?”
Despiece
El falso amor. Apego.
* Creencia en que el compañero puede lograr que seamos felices.
* Pérdida de la propia identidad en el contexto del compañero. Este nos suministra identidad.
* Deseo de adueñarse del otro.
* Necesidad de control.
* Celos.
* Sentir urgencia y ansiedad si las cosas no son como queremos que sean.
* Reactividad y defensa ante cualquier expresión del otro que despierte temor.
* Utilización de la venganza, abuso y manipulación al sentir malestar o angustia.
* Ansia de halagos, confirmación del propio valor, sexo, y seguridad.
* Certeza de que el otro “nos hace felices o desgraciados”.
Despiece
Transformar el apego en amor.
Observarnos a nosotros mismos para darnos cuenta de las ataduras que nos unen a la pareja. La clave para darnos cuenta de eso es la presencia de dolor. Por ejemplo podemos observar cómo reaccionamos, si tenemos expectativas demasiado altas, si ya no tratamos a nuestra pareja como a un amigo respetado. Podemos percibir nuestras motivaciones para decir lo que decimos y advertir si es el miedo el que nos impulsa.
Intentar aprender a soltar la ligazón. A veces esto puede producir soledad y tristeza dentro de la relación. Implica sentir el dolor de modo individual, sin adjudicar la culpa al otro ni hacerlo responsable de nuestra pena. Volverse hacia el interior para calmarnos e identificar nuestro sentir (ser conscientes). No exigirle al otro que remedie nuestro malestar. Lo mismo se aplica para el otro, habría que dejarlo que sienta su rabia y su dolor sin intentar salvarlo por no sentirnos mal.
No reaccionar. Esto se lleva a cabo ignorando las voces de nuestra mente que nos taladran alimentando el miedo y lo que percibimos como amenazas.
Responsabilizarnos de nuestras decisiones en lugar de sentirnos víctimas. Sentirnos dueños de nuestra propia felicidad. Sentirnos menos “importantes” al focalizar con humildad en nuestro interior en lugar de hacer al compañero objeto de atención y crítica constantes.
Saber estar presentes ante nosotros mismos, atentos a nuestra rabia, miedo, dolor, expectativas y exigencias. Con esto podemos llegar a sentirnos libres, vitales y espontáneos en nuestra relación apreciando al compañero sin imágenes, ilusiones y expectativas. Con esto las relaciones no serán fuente de sufrimiento.
Despiece
Los cuatro aspectos del amor según el budismo. (“El verdadero amor”.Thich Nhat Hanh, 2004)
* Bondad incondicional o benevolencia. Capacidad de dar alegría y felicidad a la persona que amas. Aprender a observar a quién amamos porque si no la comprendemos no la podremos amar. La comprensión es la esencia del amor. Dedicar tiempo a estar presente y atento y observar profundamente. A eso se le llama comprensión.
* Compasión. Deseo y capacidad de aliviar el sufrimiento de otra persona. Para conocer la naturaleza de su sufrimiento y ayudarla a cambiar, también hay que observarla profundamente. Para eso es necesaria la meditación. Meditar es observar a fondo la esencia de las cosas.
* Alegría. Si en el amor no hay alegría, no se trata de verdadero amor. Si estamos sufriendo y llorando todo el tiempo o si se hace llorar a la persona que amamos, eso significa que no se trata de un verdadero amor, incluso puede llegar a ser lo opuesto a él. Si en la relación de pareja no hay alegría, seguro que no es un verdadero amor.
* Ecuanimidad y libertad. El verdadero amor hace alcanzar la libertad. Cuando se ama de verdad se le da a l otro una absoluta libertad. Si no es así, no se trata de un verdadero amor. El otro debe sentirse libre, no solo por fuera, no también por dentro.
El amor como manifestación espiritual.
Deepak Chopra, médico indio radicado en California inspirado en la sabiduría de los textos védicos de la India, alienta a alimentar el amor en la espiritualidad para infundir a nuestras relaciones una mayor profundidad y significado. El aspecto espiritual del amor es el que sostiene las relaciones basadas en el verdadero amor y les permite expandirse y crecer (“El camino hacia el amor”, 1997).
En una sociedad laica como la nuestra, cuya idea de espiritualidad está unida a las religiones organizadas dominantes, el concepto de espiritualidad causa desconfianza. No obstante, es imposible entender lo que es el amor sin entender la espiritualidad en su sentido amplio. En palabras de Osho en su libro “Vida, amor y risa.”: “El estado
de amor más elevado no es, en absoluto, el de la relación afectiva. El amor es una característica del ser: de la misma forma que los árboles con verdes, el que es amoroso, ama. El árbol no se pone verde para ti. La flor continúa desprendiendo su fragancia tanto si alguien se le acerca como si no, tanto si alguien la aprecia como si no. El amor es una cualidad del ser.”
Aprender a amar es transformarse en un ser amoroso que transmite amor. El amor no es un bien escaso cuando se transforma en actitud. Tendríamos que sustituir el sustantivo por el verbo y pensar en el amor como acción. De este modo es imposible sentir soledad, ya que el amor hace posible estar unido íntimamente a todo lo que nos rodea, experimentar la verdadera felicidad, y atraer magnéticamente el amor de otros seres que aman de igual modo.
"bienvenidos"
Hoy inicio este paso en mi vida, un espacio de reflexión y analisis
mil gracias a el todo y a todo por ayudarme en mi toma de desiciones y por la luz que se, que vive dentro de mi y de todos los seres.
Mil bendiciones.
mil gracias a el todo y a todo por ayudarme en mi toma de desiciones y por la luz que se, que vive dentro de mi y de todos los seres.
Mil bendiciones.
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